La aprobación de la iniciativa 5257, que buscaba reformar a la Ley de Organizaciones No Gubernamentales para el Desarrollo, fue una demostración de continuidad, los acuerdos y las alianzas que tienen partidos políticos como el oficial, con los partidos y actores políticos que se ganaron el termino de Pacto de Corruptos.
La negociación para la elección de la Junta Directiva de este año fue un teaser para demostrar esta alianza, con los partidos que mantuvieron la agenda legislativa a favor de sus propios intereses: Se obsesionaron con aprobar una serie de esfuerzos para sacar a la CICIG del país, proteger a los diputados que estaban siendo perseguidos penalmente, buscando maneras legislar a favor de la impunidad.
La iniciativa 5257 establece controles a las ONGs, que ya se encuentran establecidos por otras leyes. Pero uno de los grandes problemas de estas reformas es la arbitrariedad que le brinda al Ministerio de Gobernación para cancelar a estas organizaciones. Por lo tanto estas reformas se consideran peligrosas porque pueden llegar a ser utilizadas para limitar el derecho de asociación.
Por esta razón la forma apresurada para aprobarlas sin ser discutidas por una legislatura que presenta más del 65% de diputados nuevos, es muy preocupante. Pero el hecho de que esta aprobación fue impulsada y apoyada por el partido Vamos, brinda una síntoma y una sensación contraria a una legislatura diferente.
Después de la aprobación de estas reformas, queda muchísimo más claro la alianza o al menos el trabajo conjunto de Vamos con partidos como FCN-Nación, Unionista y TODOS. Alianza que les permitió quedarse con la Justa Directiva y que obviamente les permitirá impulsar las reformas que buscar el ejecutivo, pero que no deja de preocupar debido a la naturaleza de estos partidos.
Es totalmente entendible y debido a la naturaleza del régimen, que una de las preocupaciones de los gobiernos presidencialistas el problema de no tener mayorías dentro de los parlamentos (Sino vean a Bukele), y por lo tanto alianzas y acuerdos se desarrollaran con partidos de su misma afinidad. Sin embargo, es el contenido de los acuerdos que lleguen y las propuestas que desean impulsar, lo que puede volverse preocupante. Sobre todo porque cada vez que se cede de alguna forma para conseguir algo más, tiene que tomarse en cuenta el costo y el desgaste que esto puede traerle al partido y al gobierno.
Por lo tanto, partiendo del punto anterior podemos preguntar: ¿Por qué aprobar una ley que ni siquiera conocieron o discutieron, que fue planteada por el partido político (FCN-Nación) que tanto criticaron?
Bueno, una de las formas de responder esta pregunta es que se tiene una clara alianza con otros partidos para bloquear a la UNE y otros partidos, y tomar la Junta Directiva y la presidencia de Comisiones relevantes para el Gobierno (Gobernación por ejemplo). Pero aquí esta lo preocupante del asunto: Si se busca con estas acciones retener y continuar con el liderazgo dentro de la 9na. Legislatura, el partido Vamos tendrá consecuencias al desgaste y perder credibilidad de sus acciones.
Y utilizo la palabra credibilidad porque cuando sucedió la aprobación sorpresiva de la iniciativa 5257, claramente se notó que fue una estrategia dirigida por actores como Felipe Alejos (TODOS), Álvaro Arzú (Unionista), Manuel Conde (PAN), entre otros. Y el problema es defender los errores y equivocaciones de una propuesta que ni siquiera tuvieron oportunidad de discutir.
Se entiende la necesidad de Vamos por avanzar con su agenda legislativa, las reformas que propone el Ejecutivo y tratar de ganar los espacios que generalmente (por el peso dentro de la legislatura) se quedarían en manos de la UNE. Pero, ¿realmente es necesario acarrear, aprobar y continuar con caprichos de la legislatura pasada? El problema será cuando estos partidos reclamen su lugar y desplacen a Vamos de la Junta Directiva, y resultando con el mismo Congreso del 2019.