La historia y sus diferentes acontecimientos, nos han demostrado que las personas y sus acciones pueden afectar a otras de forma positiva y lamentablemente, también de forma negativa; es por esta razón que la sociedad, para regular estas acciones de manera que las actitudes negativas afecten lo menos posible al orden social, han creado leyes que defienden y garantizan derechos y al mismo tiempo, sancionan a quienes traten de actuar en contra de estos. Con el objetivo de controlar y sancionar, los ordenamientos jurídicos incluyen penas severas, a tal punto que en varios Estados piensan que un castigo puede llegar de forma “justa” a arrebatar la vida del “culpable”, sin considerar que él es tan persona con derechos inherentes como las personas a las que en su momento llegó a dañar o perjudicar.  La Pena de Muerte o pena capital es una sanción que por años se ha tratado de abolir, pues evidencia la poca fe en el cambio y en las oportunidades que las personas merecen. Por lo tanto, cada 10 de octubre se celebra, el “Día contra la Pena de Muerte”, para motivar a la sociedad a reflexionar sobre la importancia de la vida y libertad que a todo ser humano debe atribuírsele, a pesar de lo que algún día sus acciones pudieron ocasionar.

Desde el 10 de octubre del 2003, según fuentes de información como Ayuda en Acción, se han sumado a la lista alrededor de 106 países que han abolido por completo la aplicación de pena de muerte; otros 7, entre ellos Guatemala, que la mantienen vigente en su legislación, pero que se aplica únicamente para delitos graves y no para delitos o faltas comunes; 29 que la mantienen vigente, pero hace más de una década que no la aplican; y otros 56 en los que esta sanción está suspendida. Sin duda ha sido un proceso lento pero que no se detiene y que no se rinde. Aunque resulte un poco desalentador saber que países como China, Estados Unidos o Irak, han reanudado o continuado con la aplicación de esta, la esperanza de abrir paso a una reforma de pensamiento y aplicación del orden jurídico justo, continúa manifestándose por medio de celebraciones como estas.

Este movimiento, va mucho más allá de solo abolir o derogar un tipo de castigo o pena; trata de unir a las personas por la paz, por lo que debería ser de interés y una lucha de todos. Se trata de recordar que todos somos seres humanos con responsabilidades y sobre todo con derechos que nos garantizan oportunidades de crecer, desarrollarse, desenvolverse, reivindicarse y sobre todo… vivir, tal y como somos, con nuestros logros y fallas, cualidades y defectos y de esa manera abrir paso a un verdadero camino de igualdad, que no solo busque imponer castigos severos, sino más bien responsabilizar y hacer reflexionar a las personas de todas las acciones que las hacen… PERSONAS.

La celebración del Día contra la Pena de Muerte motiva a todas las personas a creer en sus amigos, familiares, compañeros; en las personas y en sus infinitas capacidades para actuar y que, aunque si bien sus acciones no siempre resulten en consecuencias que beneficien, siguen siendo prueba que las imperfecciones existen y que estas, solo actúan como recordatorio que como seres humanos, somos capaces de reparar, modificar y transformar nuestro poder de actuar, en algo positivo capaz de más que revolucionar; reformar la sociedad en la que vivimos.

Feliz día Contra la Pena de Muerte a todos los que creen en las oportunidades y que buscan una verdadera paz, pues reflexionan y analizan si la solución, está en el privar y castigar la vida, o más bien, en realzarla, valorarla y saber que se tiene una vida por delante, que nos permite A TODOS ser una mejor versión de nosotros mismos.

Es más escuchado y seguido aquel que perdona y busca el lado positivo y virtudes en los demás, que el que castiga por errores de los cuales se pueden llegar a aprender y crecer.

Celebremos las segundas oportunidades y la esperanza de vivir mejor y de forma responsable.

 

Compartir