Mayarí Mazariegos
Corresponsal Brújula
Como la mayoría de estudiantes de la jornada matutina, cada día al terminar clases me dirigía por una botana. Generalmente mi lugar de elección solía ser “Azúcar Café” en el edificio M e iba por mi dona favorita, ¡la de glasé con ancillos de colores! Otras veces cuando tenía más hambre, consumía un Wooper Junior en Burger King o un desayuno en Campero y en los buenos momentos en que mis finanzas se encontraban favoreciéndome, gustaba de consumir una o dos de las deliciosas crepas de Dulce de Leche de Café Saúl (¡Sí, lo sé! Me gusta comer).
Fue hasta que me inscribí a una importante competencia de simulación de casos en mi facultad cuando me vi en la necesidad de pasar durante al menos dos semanas seguidas TODO el día en la universidad, entrando a las 6:30 am y saliendo a las 9:30 pm o 10:00 pm, siendo mi rutina básicamente la siguiente:
Salir de clases, comerme una deliciosísima dona e ir a la Biblioteca.
Dirigirme a Burger y comprar mi almuerzo favorito: el econocombo “El Español”.
Continuar trabajando en la cafetería y en la tardecita ir por un Frapuccino de vainilla con crema batida y chocolate a Café Gitane.
Ya entrada la noche, volvía a reunirme con mi eterno crush “El Español” (amo esa hamburguesa con aros de cebolla cubiertos en su deliciosa salsa).
No faltaba el día en que me comprara otra dona o alguna crepa dulce por las tardes y por supuesto que al llegar a mi casa,“volvía a cenar”.
Fue exactamente a la semana de estar bajo esa rutina que empecé a sentirme bastante cansada, una sensación extraña, como que si lo que comiera me dejara igual, llena estomacalmente pero con una sensación de hambre. Anteriormente me había encontrado en situaciones en las que tenía que trabajar intensivamente, comiendo mucho y durmiendo poco (el estrés suele causarme ansiedad), pero entonces ¿Qué era lo que estaba haciendo diferente? Y es que no estaba haciendo algo diferente a lo que normalmente hago, sencillamente estaba comiendo diferente, llenándome de comida chatarra.
Al momento de plantearme esa pregunta decidí que no estaría dispuesta a pasar otra semana más comiendo de esa manera (principalmente por el malestar físico que estaba causándome) y decidí buscar en los distintos restaurantes de la URL opciones saludables para refaccionar y comer. No iba a cambiar mi rutina, tan solo iba a cambiar mis decisiones alimenticias. De esta manera mi rutina diaria se modificó de esta manera:
Establecería un horario regular para mis comidas
Al salir de clases comería un porción de frutas, en vez de mi dona.
Buscaría más opciones de almuerzos saludables. Menos chatarra y más comida sana acompañada de cosas verdes y frescas.
Refaccionaría en la tarde de nuevo fruta o algún coctel y cenaría en casa.
Acompañaría mi comida siempre con agua pura, cero sodas y té frío.
Decidí evitar al máximo la comida chatarra (fast food) ya que sus consecuencias seguras son el sobrepeso y la obesidad y a largo plazo pueden causar enfermedades como hipertensión, diabetes y enfermedades cardiovasculares. Esta comida únicamente brinda al cuerpo grasas, colesterol azúcares y sal, mientras que una comida saludable provee fibras, proteínas, carbohidratos, vitaminas y minerales (todos estos necesarios para el rendimiento del cuerpo).
Comparto con ustedes las mejores opciones que encontré, ya que comprobé que sí se puede comer saludablemente en la Universidad:
Azúcar Café
Ofrece fruta de la temporada a tan solo 8 quetzales, también se puede comprar yogurt y bebidas como H2O y agua pura.
Este es precisamente el lugar donde solía comprar mis deliciosas donas, ahora compro aquí mi fruta y ¡disfruto muchísimo cuando hay temporada de mango! (lo sirven con chile y pepitoria).
Burger King
La mayoría de sus menús no son recomendables, sin embargo cabe rescatar el Tendergrill de Pollo a la Parrilla, mejor si se compra sin el menú y se acompaña con agua pura.
Café Gitane
Este es uno de mis sitios favoritos para comer saludablemente, tiene un gran repertorio de ensaladas para todos los gustos que oscilan entre los 26 y 29 quetzales. También puede encontrarse en este café los deliciosos Wraps; cada uno cuesta Q18.50. Otra ventaja de Café Gitane es que las bebidas que suelen acompañar sus menús, son bebidas naturales y saludables.
Red Café
A pesar que se vuelven muy tentativas sus deliciosas crepas, una opción más saludable es el combo económico de Pollo Green.
Subway
Este también es un muy buen lugar para comer saludablemente, ya que sus menús suelen ser preparados con ingredientes frescos y ofrece una gran variedad de ensaladas a 33 quetzales cada una.
Go Green
El lugar favorito de aquellos que suelen estar a dieta; sin embargo, muchas veces el aderezo que utilizan es preparado en buena parte con mayonesa. Por ello, recomiendo que cambien el aderezo de su comida por el de Vinagreta o Limón, que son mucho más sanos.
Pollo Campero
Aquí es recomendable como opción saludable su menú de Burrito, el cual consiste en un burrito con lechuga, pollo y aderezo césar. De ser posible pedir solo el burrito, ya que si se pide en menú, estará acompañado de papas fritas y soda.
La Estación del Tec
No hay muchas opciones saludables en este lugar, pero pueden encontrarse opciones como Fruta y Cocteles a 10 quetzales. Sin embargo, vale la pena caminar un poco para comprar algo más saludable en el resto de restaurantes de la URL.
Café Saúl
En este lugar puedes pedir un smoothie de frutas en lugar de una crepa con nutella.
La Despensa
¡Lo mejor de la despensa es que casi todo es más barato! Y no hay lugar en toda la URL que ofrezca más variedades de yogurt y galletas integrales.
Con estas opciones tuve para toda mi semana, aunque siempre lo más recomendable es llevar el almuerzo desde casa. Y bueno… ¿Qué les puedo decir?… ¡Dejé al Español y me sentí mejor!