Sergio Emilio González/ Colaboración/
Los hechos:
El día martes 20 de agosto me encontraba comiendo fruta que acababa de comprar en la venta que está instalada sobre la 12 calle y 7 avenida de la zona 9, eran aproximadamente las 2:30 de la tarde. Me senté a comer lo que había comprado justo al lado de la venta de fruta, cuando un camión de la Municipalidad se estacionó enfrente y se bajaron aproximadamente 15 agentes, entre ellos mujeres.
Al bajarse, un agente que venía en la parte delantera del camión, se dirigió hacia la señora de la fruta y le dijo que llevaba una orden de un juez para que desalojara la venta. En ese mismo momento, justo cuando el agente le decía eso a la señora, los otros agentes sin mediar palabra comenzaron a tirar -no a subir-, a tirar la fruta de la venta de la señora al camión. La señora asustada le dijo que se esperara, que ella tenía su permiso y amparo el cual el policía nunca le pidió. Al ver la forma en que los policías ediles comenzaron a tratar la fruta me levanté de mi lugar y me acerqué; un policía con casco me empujó y me dijo: “esto no es con vos”, a lo que yo le respondí “solo quiero ver la pésima forma en la que hacen su trabajo”.
Saqué mi celular para poder grabar lo que estaba sucediendo, cuando vi que estaban jaloneando a la hija de la dueña de la venta, quien tenía en sus brazos a una bebé de un año y medio. A los policías esto no les importó; al acercarme para grabar eso, un policía se me acerca por atrás y me pega en la mano en la que tenía mi celular lo que hizo que este se me cayera. Al ver mi celular en el suelo, un agente intentó machucarlo a lo que yo respondí empujándolo para que no lo hiciera. Al momento de estar recogiendo mi celular, cuatro agentes me empezaron a golpear en el cuerpo; cuando logre reincorpórame, los agentes se alejaron de mí. El problema siguió, los agentes no felices con llevarse la fruta, despojaron de sus pertenencias a las vendedoras, por lo que una de ellas empezó a gritarles que su bolsa no se la tenían que llevar. Más adelante cuando la Policía Nacional Civil los detuvo, le devolvieron la bolsa a la señorita pero sin el dinero que ella tenía dentro de su billetera. También golpearon a un joven que trabaja en la venta con macanazos. En fin, todos ellos tienen diferentes golpes en su cuerpo hecho por los policías.
No hago esto con el afán de poner en mal a la Municipalidad de Guatemala, sino para que el señor alcalde se dé cuenta que no está bien la forma en que realizan muchas de sus actividades. No estoy en contra de que los policías municipales realicen su trabajo y ellos tienen la facultad de hacer cumplir la ley de ornato pero no es la forma, ese día como en muchos otros casos, los policías abusan de su poder y se comportan de forma abusiva y prepotente.
Los policías además no portaban su placa de identificación, ya que cuando uno de los policías me pegó un rodillazo en el estómago, yo lo busqué para apuntar su nombre y número de agente y no estaba identificado, solo pude ver que iba en la moto PM-020.
Esperemos que este hecho haga que la Policía Municipal realice un mejor trabajo o que a la hora de desalojo de ventas informales la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH) acompañe los mismos para que no se cometan este tipo de abusos.