Arjona

Andrea Godínez /

¿Y vos creías que el concierto de Arjona era gratis y para el pueblo?

¡Já! ¡Sí, claro! Es triste saber que en esta ocasión quien nos engañe sea Arjona, quien a su vez ha sido engañado por las empresas patrocinadoras que han sabido hacer el mejor uso de él como artista. Arjona, quien siempre había demostrado hacer su voluntad, no dejarse llevar por las empresas y élites. Y por ello lo admiraba.

Pero hoy debo confesar con ese su concierto “gratis” lo encuentro vendido. Ilusos son todos aquellos que creen que en Guatemala todavía existe la gratuidad para este tipo de actividades masivas. Qué fácil nos callan la boca al decirnos que las entradas para el concierto son gratis.

Me ha sido difícil encontrar algún lugar donde simplemente digan: Vengan por sus entradas a determinado lugar. O alguna empresa que promueva promociones como: A las primeras 10 personas que vengan, llamen, se presenten, les estaremos entregando -así de fácil- una entrada.

A pesar de ello, todos muriéndose y haciendo hasta lo imposible para ganarse una entrada.

Esto de regalado no tiene pero ni el tiempo que invertís en participar. Incluso, si el espíritu era realizar un concierto gratuito, ¿no era más fácil convocar para que todos llegaran al lugar en el que se iba a presentar y tener entrada libre? Por supuesto que esta última opción haría que las empresas patrocinadoras pegaran el grito en el cielo debido a que no tendrían dónde o de qué hacer sus ganancias.  Y es esto precisamente el problema.

El problema no es el concierto, y para mí ni siquiera es Arjona; el problema es la forma en que las empresas lucran, a través de una bandera de concierto gratuito.

La dinámica para ganar, admito, es fácil. Simplemente tenés que mandar miles de mensajitos para ganarte un pase doble durante un programa de radio.

¿Saben ustedes cuántas personas mandan mensajitos? Los ganadores usualmente son dos personas, mientras el resto (imaginemos exageradamente 100 personas) se quedan sin entrada; pero todos desembolsaron Q1.50 por cada mensajito. Las entradas están más que pagadas. Hagan sus cuentas.

Otra dinámica para ganar entradas a este concierto gratuito es el consumir en restaurantes, centros comerciales, abrir cuentas en bancos o comprar mucha gaseosa de la marca patrocinadora.  Todas, dinámicas para generar ingresos a las propias empresas.

No digo que esta estrategia esté mal.

A decir verdad, es una estrategia magnífica de venta indirecta. Pero lo que realmente me indigna es que  fue el mismo artista quien prometió hacer un concierto masivo y popular para todos los guatemaltecos y aquí según entendí, incluía a toda la República de Guatemala, no únicamente a la ciudad.

En esa ocasión, para las personas que no pudieron asistir o comprar entradas, la promesa del cantautor a través de Twitter fue la siguiente.

 

 

Entonces, ¿Fue Arjona quien nos engañó o fueron las empresas que, sin respetar la decisión del artista, decidieron de todas formas lucrar con las entradas?

Es cierto, el tuit no dice nada de gratuito ni popular, pero en su sitio Arjoneando está bastante claro.  Evaluemos entonces la situación. Para el tema de lo “popular”,  los organizadores deciden hacer el concierto en Paseo Cayalá, uno de los centros comerciales más exclusivos y menos accesibles para la mayoría de “paisanos”, y digo que es poco accesible por el tema del transporte. Si ha sido un sufrimiento ganarte una entrada, imagináte el trasladarte y parquearte  hasta el dichoso comercial. Esto de popular no tiene ni el nombre.

¿Para quiénes está dirigido entonces? Seguramente no para todos. No es para los que viven fuera de la Ciudad de Guatemala, ni los que han formado parte de sus videoclips. (No digo que en estos videos no exista buena intención de Arjona de mostrar los rostros de todos los guatemaltecos; el problema es que esto no se refleja en la publicidad y mercadeo de este concierto)

En cuanto a lo de “masivo”, insisto nuevamente, ¿Cayalá? ¿Cuántas personas caben ahí? Investigando un poquito descubrí que el Estadio Mateo Flores, destinado a este tipo de eventos y lugar que ha acogido al artista en otras ocasiones, tiene una capacidad para 26,000 espectadores. Sin embargo, los organizadores dicen que esperan la asistencia de 80,000 personas.  ¿Dónde van a meter más de 80,000 personas en ese centro comercial?  O los organizadores están mal o mi razonamiento espacial merece una urgente revisión.

Después de mi macabro análisis para muchos, debo reconocer que el Ricardo Arjona que recuerdo es aquel que nunca se había dejado llevar por las empresas que solamente buscan su bienestar económico a través de su fama que tanto le costó. El Ricardo Arjona que recuerdo es aquel que ha entregado su trabajo al pueblo a través de sus asociaciones. Aquel Arjona que cuando Guatemala estaba devastada por el huracán Mitch, ofreció un concierto a Q10 o víveres para ayudar a todos sus paisanos.

Ese es el Arjona que conozco, el que en sus letras le ha valido un veinte la publicidad, los intereses económicos de la élite y que ha entregado su trabajo a sus fans. O Arjona se dejó vender fácilmente por las grandes empresas, o las empresas se dejaron fácilmente utilizar por Arjona.

Nada más que decir… disfruten del concierto.

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