El Incyt, de manera continua, realiza la investigación denominada: Perfil Energético de Guatemala. Esta aborda especialmente la generación, distribución, consumo, potencialidades y elementos para evaluar su sostenibilidad de la energía en Guatemala. A continuación se presentan los principales hallazgos.
En términos de energía primaria, es decir aquella energía que no ha sido transformada a partir de su aprovechamiento de la naturaleza, la leña es el recurso mas utilizado en el país. El consumo energético se ha incrementado en un 38% desde 2001 al 2016. El consumo energético, medido en barriles equivalentes de petróleo (bep), per capita (4.41 bep/hab) es mayor que la producción energética per cápita (3.87 bep/hab), lo que significa que el país es un importador neto de energía.
La intensidad energética, o sea el consumo energético por unidad de Producto interno bruto (PIB), ha venido reduciéndose levemente. Esto evidencia que el desacoplamiento energético de las actividades productivas no es lo suficientemente acelerado para un desarrollo tecnologico e industrial.
Los indicadores de suministro de energía primaria y consumo energético demuestran que existe una clara dependencia del consumo de leña como fuente energética primaria. El consumo de leña representa mas del 50% de las demandas energética del país, y es utilizada, principalmente, para cubrir las necesidades del sector residencial. Esto evidencia altos niveles de insostenibilidad y un bajo desarrollo industrial del país.
La producción de petroleo, que en su mayor proporción se exporta a otros países, ha venido decayendo en los últimos años. La falta de infraestructura para destilar hidrocarburos (diesel y gasolina) y el incremento en generación de energía eléctrica a partir del carbón, ha convertido a Guatemala en un importador neto de combustibles fósil. La importación de hidrocarburos satisface las demandas del sector transporte.
El análisis de sostenibilidad ambiental, por medio del análisis de ciclo de vida, proporciona una línea base de 12 índicadores de impacto ambiental que pueden ser utilizados para evaluar el desempeño ambiental del SNI. Estos indicadores permiten trazarse metas en términos de mitigación de emisiones de gases de efecto invernadero y cumplir con los acuerdos globales de mitigación al cambio climático. La huella de carbono por kWh de energía electrica suministrada a un consumidor de bajo voltaje fue estimada en 0.418 kg de CO2 eq. La huella territorial se estimó en 0.08 m2 de tierra al año por cada kWh y la huella de agua se estimó en 9 lt de agua pura por cada kWh de energía electrica.
A pesar que existe un incremento en la generación de electricidad derivado de fuentes energéticas renovables en los útlimos años, estas únicamente se utilizan para cubrir demandas del sector eléctrico. Esto no es suficiente para satisfacer las demandas del sector residencial el cual depende de la leña para actividades domésticas. El sector del transporte tiene una dependencia neta de combustibles fósiles e hidrocarburos que deben ser importados, lo que pone en riesgo la economia nacional ya que estamos expuestos a los precios internacionales del petroleo. A pesar que existe un gran potencial para aprovechar fuentes energéticas renovables (eólica, solar, geotermia e hidraulica), unicamente se aprovecha menos del 20% de estos.
Finalmente, se presentan una serie de propuestas que se consideran estratégicas para alcanzar los objetivos de seguridad energética y desarrollo energético sostenible de Guatemala. Entre estas destacan: el desarrollo de marco normativo e incentivos efectivos para la incorporación de energía de fuentes renovables en el Sistema Nacional Interconectado (SIN); el abordaje de los problemas de abastecimiento de combustibles del sector residencial y transporte; y, llenar vacíos importantes de información estratégica para lograr los objetivos de desarrollo energético de Guatemala.