Sara Mux/ Tik Naoj/

En  todas partes del mundo se lucha constantemente contra el racismo y la discriminación por diferentes índoles, siendo este un mal que ha imperado por varias generaciones causando daño en la sociedad. Cada 21 de marzo a partir de 1966, la Asamblea General de Naciones Unidas celebra el Día Internacional Contra la Discriminación Racial. 

La discriminación racial y ética es un mal que se ha “normalizado” impidiendo el progreso y desarrollo pleno de millones personas en todo el mundo, incluyendo a Guatemala, a causa de su multiculturalidad y pluriculturalidad. El racismo y la discriminación pueden adoptar diferentes formas, desde la negación de los principios básicos de igualdad hasta el impulso del odio por pertenecer a algún grupo étnico, mismo que puede llevar a consecuencias graves como el genocidio, etnocidio y otros.

A pesar de que muchas personas sostienen que en Guatemala la  práctica de etnocidio es ajena, esto pudo ser evidente en los últimos días con el tema del pluralismo jurídico referente a la reforma del artículo 203, el cual hace constar la “exclusividad absoluta” de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) en aplicar la justicia. La propuesta  de reformas constitucionales que hasta el momento se sigue debatiendo en el Congreso de la República incluía el reconocimiento del derecho de los pueblos indígenas de ejercer funciones jurisdiccionales.

Sin embargo, el no aceptar como sociedad que convivimos en un país donde existen cuatro grupos étnicos, todos con diferentes formas de pensar, de actuar, de concebir el mundo, hizo difícil considerar en el debate que existen formas distintas de administrar y aplicar la justicia, dejando en evidencia el racismo y la discriminación tan fuerte que se vive en el país a través de la desinformación, el menosprecio, la subordinación, la minimización y la descalificación.

A pesar de que actualmente existen diferentes medios donde podemos seguir aprendiendo y desaprendiendo, fue muy complicado generar un debate productivo y de respeto.

Esto deja sobre la tela que construimos día con día un tinte oscuro, donde los “grandes” se siguen apoderando de las mayorías, donde  los valores y prácticas que durante la invasión por conveniencia fueron irrumpidos y menospreciados  con grandes prácticas de crueldad, se siguan impidiendo. A pesar de este contexto, estamos todos los días invitados e invitadas a cambiar actitudes y pensamientos que generen nuevas concepciones de vida, con criterio y respeto, y de esta manera contribuir a la construcción de nuevas sociedades.

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