Mario Majano/ Corresponsal/Opinión/
En la vida es indudablemente necesario adquirir responsabilidades que más adelante, podrán ayudarnos a desarrollarnos y crecer. Por lo menos si lo que se desea es alcanzar el éxito o simplemente la auto-superación. Además, es útil fijar un objetivo claro al cual deseamos llegar.
Dentro de una educación regular, no se enseña “si te esfuerzas, entonces tienes una buena probabilidad del éxito”. A pesar que eso podría ser lo más acertado decir de decir, la mayoría prefiere aseverar la perfecta oportunidad de obtener ese anhelado éxito. “Tienes asegurado el éxito”.
No busco dar lugar a desvalorizar el esfuerzo, por el contrario, creo que sería por demás útil que en nuestro país se buscara esforzarse por hacer correctamente las labores, simplemente porque es lo mejor.
Tomar compromisos, cumplirlos, respetarlos, valorarlos y poder dar la milla extra para que podamos vivir en un país menos egocentrista y más social.
Es fácil criticar sentado desde la silla, mientras se pretende resolver los problemas del universo, simplemente con habladurías. Ciertamente todo es más complicado que eso. Más allá de explicar cómo debería de funcionar el sistema, es más productivo funcionar dentro de ese sistema, como motor de cambio en un mecanismo disfuncional.
Acciones sencillas podrían funcionar, tales como ser diligentes y responsabilizarnos por cumplir los deberes que nos son impuestos, así como cumplir los que nosotros nos cargamos por voluntad propia. No postergar la entrega de trabajos, deberes o proyectos que han quedado bajo nuestro cargo y principalmente, asumir la responsabilidad por cualquier situación que sea consecuencia de nuestras acciones, sea o no favorable.
El esfuerzo no es reflejo del éxito, pero sí de un visionario.
Un mínimo esfuerzo puede causar un gran cambio en el país, queda en nosotros tomar la iniciativa.
Imagen: José Mariano Díaz