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Stephanie Martínez Marroquín/ Colaboración/

El profesor se acerca a un alumno y le pregunta: “¿Qué harás para llevar una buena administración de la economía del país?” .  Luego se voltea y le pregunta a una alumna: “¿Tú qué harías para administrar la economía de tu hogar?”

El día miércoles 23 de abril del presente año, los estudiantes de primer ciclo de Psicología clínica e industrial asistimos a un foro titulado Feminismo y nuevas masculinidades.

El foro trató el tema del feminismo, desde el primer movimiento que se dio en el siglo XIX hasta el tiempo actual. Sin tratar de hacer de menos a los hombres, los panelistas expusieron puntos clave del feminismo y sus diferencias radicales con el machismo.  Así pues, el tema en general fue la preocupación hacia la falta de participación de la mujer en diferentes ámbitos de la sociedad, como la política, así como los estudios idealizados para los hombres como las ingenierías y puestos importantes en las empresas.  Los temas tratados no solo fueron interesantes, sino también de importancia nacional e internacional. Nuestro mundo todavía está encerrado en el patriarcado, herencia de nuestro pasado y carga de nuestro presente y futuro.

Si bien las mujeres ahora desempeñamos papeles más importantes, seguimos siendo la minoría y si no hacemos algo ahora eso no va a cambiar.

El foro me sirvió para abrir los ojos. Abrirlos ante nuestra manera de vivir y de aceptar la vida como nos la presentan. Sí, los movimientos feministas han logrado cambios que modificaron la vida de las mujeres para siempre. Pero en nuestra vida diaria aún hay aspectos que denotan esa inferioridad femenina. Por ejemplo, en muchos hogares, incluido el mío, ambos padres trabajan para mantener a la familia; pero en muchos casos los ingresos del padre pesan más que los de la madre a la hora de hacer un presupuesto familiar. Los ingresos de la madre sirven para cosas “extra” como las suelen llamar, o para los gastos menores del hogar.

Aunque la finalidad del foro era académica, el trasfondo era dejarnos algo en qué pensar. Tanto los hombres como nosotras las mujeres que asistimos nos dimos cuenta de lo poco que se favorece a la mujer, incluso en estos tiempos en los que parece que somos “iguales”. Tal vez no era su objetivo, pero el foro en mí dejo algo que tengo que defender: la consciencia de ser mujer.

Cuando sale en la conversación con alguien que estoy estudiando psicología, hay una pregunta que nunca falta: ¿Y hay hombres en tu clase? Pues sí hay, y muchos. Lo mismo pasa cuando una de mis mejores amigas dice que está estudiando ingeniería en sistemas, ¿y cuántas mujeres hay en tu clase? Y pongo el ejemplo de mi amiga porque yo he estado con ella cuando lo preguntan.

¿Cómo se relaciona esto con el tomar conciencia de ser mujer? Tal vez en mi campo ahora no sea tan difícil como en ingeniería, pero en el pasado, la mayoría de psicólogos y psiquiatras eran hombres. La fiel prueba de esto es mi libro de Psicología General y de Historia del pensamiento psicológico. Watson, Skinner, Dewey, Berkeley, Darwin y Piaget, son solo algunos de los muchos hombres que dedicaron su vida a estudiar la mente humana. ¿Y las mujeres? Si mal no recuerdo, hay una sola mujer mencionada en los libros y es tan poco lo que se dice de ella, que ni siquiera recuerdo su nombre.

Este foro me hizo darme cuenta, que mi campo de trabajo necesita más mujeres involucradas, porque así como la lucha del feminismo todavía no ha alcanzado la igualdad total, la psicología tampoco lo ha hecho, y estoy dispuesta a hacer algo al respecto.

Aunque la clase de atropología cultural no esté en un enfoque psicológico, sí aporta mucha información valiosa para nuestro crecimiento personal y profesional para con los demás; además de darnos una base cultural que toda persona debería de tener. Y este foro con nota de antropología, es la viva prueba de que la formación cultural tiene un efecto enorme en el crecimiento profesional de las personas. Espero que se puedan seguir realizando foros que abran mi mente a la realidad en la que vivimos, y que sirvan para que nosotros, los futuros profesionales, salgamos al mundo con una visión distinta y renovada.

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