Magda García von Hoegen / Opinión /

“Una mañana, tras un sueño intranquilo, Gregorio Samsa se despertó convertido en un monstruoso insecto. Estaba echado de espaldas sobre un duro caparazón y, al alzar la cabeza, vio su vientre convexo y oscuro, surcado por curvadas callosidades, sobre el que casi no se aguantaba la colcha, que estaba a punto de escurrirse hasta el suelo. Numerosas patas, penosamente delgadas en comparación con el grosor normal de sus piernas, se agitaban sin concierto.” (Franz Kafka)

Parece ser que el destino de Gregorio se repitió para nosotros el pasado viernes 24 de febrero, cuando la reciente campaña iniciada por Pepsi, mostraba su lado oscuro; sacaba a luz el duro caparazón de la censura, herencia de callosidades de intolerancia e inmadurez en el debate de ideas,  arraigadas en nuestro país.

El programa Espacio Intergeneracional, transmitido a través de Radio Nuevo Mundo, había sido abusivamente suspendido por tener la intensión de discutir críticamente el contenido de dicha campaña, con el tema ¿Guatemorfosis o Guatepsicosis?. Las y los productores del programa fueron informados del bloqueo de la emisión, debido a  que la agencia publicitaria el Taier/Tribu DDB, había dado la orden, pues consideraron esta discusión contraproducente para sus fines de orientar a la “masa guatemalteca” a encontrar dentro de sí un nostálgico sentido de patriotismo y una nueva esperanza de tener un héroe mediático a quién seguir en el rostro del cantautor Ricardo Arjona.

¿El cambio solo empieza si vos cambias? El slogan debería terminar con: ¡¡No nos dijeron si para adelante o para atrás!!! ? (como diría el refrán, me salió en verso y sin esfuerzo, tal vez porque las musas de Arjona llegaron a mi escritorio).

Este es un claro ejemplo de que hoy día en Guatemala, las voces no se callan por medidas de Estado como lo vivimos en los duros años del conflicto armado interno. Actualmente, el silencio es forzado por intereses económicos que marcan las agendas de los medios de comunicación.

Triste para una Guatemala que se quedó sin héroes. Tristes esfuerzos por crear a fuerza del mercadeo, un personaje a quién seguir. Poco creativas maneras de encasillar una canción que habla sobre una pérdida amorosa, en escenarios turísticos. (Hasta el momento, no sé de alguien que haya viajado al templo 4 de Tikal para llorar la partida de su alma gemela… ¿o si?).

Yo me pregunto, ¿cuál es el gran temor de los productores de Guatemorfosis al considerar como amenaza una discusión promovida en un solo programa de radio, ante las enormes cantidades de dinero invertidas en pauta publicitaria? ¿Será que ellos mismos están conscientes de las grandes debilidades y falta de sustento en su discurso? En pocas palabras, ¿Por qué el gato teme al ratón?

 Lo positivo

Es algo esperanzador darse cuenta que las audiencias no son masas amorfas susceptibles a repetir cual experimento de Pavlov, el efecto que los aparatos publicitarios desean. Justo el martes discutía esta campaña con mis estudiantes de Ciencias de la Comunicación de cuarto semestre. Fue una gran satisfacción darme cuenta que son jóvenes con pensamiento crítico, que no se tragan todo a la primera.  Jóvenes que aman a su país, pero no a través de panfletos, sino con una clara intensión de propiciar cambios en sí mismos (as) y en su entorno social.

Existen grupos como Intergeneracional de Guatemala, que dignamente han renunciado a un espacio radial capaz de doblegarse ante una llamada telefónica de agencia publicitaria, sin defender su derecho a la libre expresión. Esta iniciativa  manifestó en un  comunicado emitido el 28 de febrero, que continuará abriendo espacios para el diálogo crítico,  democrático y maduro.[1]

Todo esto es un reto para quienes desean trabajar en publicidad: es necesario actuar estratégicamente. Parece ser que los chicos de la agencia no leyeron los libros elementales de publicidad que estudiamos en las aulas universitarias. Yo recuerdo que decían algo así como… “Aunque hablen mal, están hablando de ti; por lo tanto esto también es publicidad. Hay que saber aprovecharlo estratégicamente”.

Lo último que encuentro positivo: el esfuerzo publicitario sirvió para dar a conocer a Gaby Moreno, quien por cierto, no inició su carrera con Ricardo Arjona; lleva más de 15 años de trabajo y formación musical. Ojalá ella y muchos otros, ocupen el espacio que dejaron vacío las y los verdaderos héroes, que incluso dieron su vida para demostrar que el amor al país no se demuestra cantando el himno, ni colgando la bandera en la ventana. Tampoco empequeñeciendo a las personas atractivo turístico, ni desfilando el 15 de septiembre.

Es un asunto de todos los días, saber que todos y todas somos héroes si somos capaces de superarnos, de dialogar con pensamientos distintos; ver a las personas y la vida más allá de la corta distancia entre los ojos y la  nariz.

¿El cambio solo empieza si vos cambias?



[1] Comunicado emitido en reacción a la censura del programa “Espacio Intergeneracional” por “Grupo Intergeneracional de Guatemala” que en dicho documento, se autodefine como “un grupo de guatemaltecos interesados en estudiar la realidad de nuestro país con sentido crítico, radicalidad analítica, perspectiva histórica y enfoque integral.”

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