Dr. Raúl Maas
Director del Iarna
El pasado 31 de octubre, la Comisión de Ambiente, Ecología y Recursos Naturales del Congreso de la República -mediante la resolución 05-2017-, emitió dictamen favorable para que la Iniciativa 5161: “Ley para el aprovechamiento y manejo integral, sostenible y eficiente del recurso hídrico en Guatemala”, fuera sometida a consideración del pleno[1].
Un análisis crítico de esta iniciativa, revela varios elementos que la hacen inviable:
- La iniciativa cuenta con sustento técnico-científico limitado e insuficiente para lograr la gestión integrada del recurso hídrico que a nivel nacional se necesita, lo cual imposibilita que su implementación asegure el ordenamiento, la disposición y la administración racional, sensata y sostenible de los recursos hídricos guatemaltecos. Una ley como esta no puede garantizar una dotación adecuada de agua, tanto en cantidad como en calidad, todo el tiempo y para siempre, para todos los tipos de demanda.
- A lo largo de la iniciativa se desatiende el hecho de que la provisión efectiva del agua para las presentes y las futuras generaciones requiere del abordaje sistémico de, al menos, los siguientes aspectos:
- Generación de las condiciones ambientales mínimas para asegurar un adecuado mantenimiento del ciclo hidrológico;
- Incremento significativo de la eficiencia en el uso de los recursos hídricos, ya sea como bien de consumo, como factor de producción o como receptor de desechos;
- Implementación de instrumentos institucionales y normativos que garanticen una efectiva gobernabilidad del agua y una participación amplia y responsable de la sociedad en todos los procesos de gestión[2].
- La información disponible revela que las demandas de agua en el país se incrementan en la medida que el crecimiento económico y poblacional se intensifica, en un entorno en donde aumenta la contaminación y la degradación de los cuerpos de agua. Estos insumos son suficientes para proyectar que los conflictos socioambientales en torno al agua se incrementarán como consecuencia de la competencia en el acceso y disponibilidad de este bien natural y que, por lo tanto, es necesario trabajar en la construcción de acuerdos sociales y sectoriales que fortalezcan la gobernabilidad del recurso, un tema que en la iniciativa en cuestión, también está ausente.
- En la actualidad ya existen poblaciones en condiciones de estrés hídrico en varias cuencas del país, y los escenarios muestran que el estrés hídrico aumentará significativamente en los próximos 30 años. Estas proyecciones tienden a hacerse más desalentadoras cuando se incorporan otros factores como: incapacidad institucional para almacenar y conducir el agua, poca atención a la calidad del recurso, acaparamiento y los impredecibles impactos del cambio climático. Estos temas están totalmente ausentes en el texto de la iniciativa.
Derivado de lo expuesto, y de los resultados de análisis que se han realizado desde otros contextos sectoriales, se recomienda que el pleno del Congreso de la República se inhiba de conocer la iniciativa 5161, toda vez que la misma, de ser aprobada, pueda convertirse en un instrumento para formalizar, legitimar y legalizar las inequidades que caracterizan el uso de los recursos hídricos en Guatemala.
- Desde 1957, esta es la decimosexta iniciativa legislativa en torno a la regulación del recurso hídrico que cuenta con dictamen favorable, aunque al Congreso han llegado un número indeterminado de propuestas de ley que no han contado con una resolución oficial
- Si bien en el confuso y cantinflesco articulado de la iniciativa, el tercero de estos elementos aparece enunciado, el desarrollo temático del mismo está muy alejado de recibir un adecuado abordaje, sobre todo si lo que se busca es asegurar una buena gobernanza en torno a los recursos hídricos.