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Giovanna Saenz / Opinión /

La definición de cultura según la Real Academia Española es un conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc. Un conjunto de las manifestaciones en que se expresa la vida tradicional de un pueblo. Por lo que se puede decir que el conjunto de estas disciplinas y vivencias forman la identidad cultural de los individuos y les provee los instrumentos necesarios para su desarrollo en el marco de ese contexto.

Según García Canclini la cultura es todo lo que nos dio la naturaleza, sin importar el grado de complejidad y desarrollo. Esto incluye normas sociales, técnicas e incluso manifestaciones que podemos calificar como de ignorancia, como las supersticiones y los sacrificios humanos, lógicos y funcionales dentro de determinados sistemas. Hay una premisa central del relativismo cultural que surge a partir de que no se puede juzgar a una cultura desde sistemas de valores ajenos a la misma.

Todos éstos son productos culturales porque han surgido de la creación humana y de su manera de entender, sentir y vivir el mundo, lo mismo que el Internet, que en los últimos años ha revolucionado la conducta humana cambiando la manera de pensar y conduciendo al desarrollo global intercultural a velocidad impensable. Por eso también se dice que la cultura es la forma, para bien o para mal, como el ser humano ha modificado la naturaleza.

Las redes sociales han provocado un cambio en el modo de relacionarnos y de comportarnos.

Lo cierto es que un gran número de usuarios sólo tiene actividad actualizando su perfil en Facebook. A medida que la interactividad va creciendo, habrá más opciones de donde escoger. Si a esto le agregamos el incremento del acceso a redes móviles, no podremos negar que el fenómeno de la social media seguirá encabezando un cambio cultural.

Dominique Wolton habla sobre la democracia involucrada con los medios de comunicación. Ha habido una batalla por la libertad de información que ha sido inseparable de una batalla jurídica y política para definir las reglas de protección. Todo el mundo puede proveer la red de información, nadie lo controla. Ningún sistema técnico ha creado su propia legitimidad suprimiendo el conjunto de realidades de poder, desigualdades, mentiras y relaciones de fuerza que, desde siempre, han rodeado la información. Desde el punto de vista de la libertad y la democracia, un acceso directo a la información sin control y sin intermediario, no constituye un progreso para la democracia, sino una amenaza.

Por mucho tiempo se tuvo el pensamiento de que la ausencia de control era algo positivo para la democracia, ya que se contaba con la libre información, el hecho de que no hubiese un control que la restringiera era un objetivo democrático pues trataba de deshacerse de las censuras. Hoy en día se ha convertido en lo contrario, ahora presenta una de las principales amenazas para la democracia. Para salvar la libertad de información es necesario admitir que, en un universo saturado de informaciones, es preciso que la información sea protegida y validada, filtrada por intermediarios que garanticen este ideal. El progreso de los sistemas de comunicación pone en duda la ecuación, porque puede reforzar la jerarquía social y perjudicar las libertades fundamentales tal como se conciben y defienden en países democráticos. (Wolton, 2000)

Por su parte, Jesús Martín Barbero, tiene otro pensamiento, afirma que existe una crisis que enfrentan los medios de comunicación en América Latina que tiene que ver con “su férrea visión de autorregulación”. Ante la ausencia de un discurso narrativo sólido en los medios tradicionales, las personas muchas veces ajenas generan contenidos creativos en nuevas plataformas. La única función mediática que sigue vigente es la de informar,  “la idea que hay hoy no es mayoritariamente informar mediante noticias, sino sólo distribuir información social en las redes”.

En su opinión y también en la mía, estas formas de comunicar han favorecido el empoderamiento de los ciudadanos, quienes pueden “decir de otra manera lo que no cabe en los discursos de la radio, ni la prensa y ni la televisión”. Por lo que la libertad de información es un aspecto positivo de la democracia.

Es en este punto en el quiero aterrizar y relacionarlo con la expresión cultural que se ha dando entre los guatemaltecos en los últimos meses entorno a la coyuntura política en la que nos encontramos. Este análisis se puede ejemplificar en  varios fenómenos que han surgido por medio de las redes sociales, iniciativas como #RenunciaYa o #JusticiaYa que promovieron la serie de manifestaciones por parte de los ciudadanos para demostrar su descontento con el gobierno de Otto Pérez Molina, Roxana Baldetti y los demás implicados en el caso La línea. Fue gracias a las redes sociales que todos nos pudimos poner de acuerdo para llevar a cabo tales manifestaciones.

Pero no es el único ejemplo. Otra expresión cultural por medio de redes sociales es que muchas personas publican lo que piensan en sus cuentas, especialmente sobre temas de política, siendo este, un año electoral muy diferente a los demás. Entonces, nos topamos con que la información viaja de una manera inmediata por medio de la red y esto se presta a que haya un auge en comentarios sobre situaciones específicas entorno a lo socio-político.

Varias décadas atrás Dominique Wolton y Jesús Martín Barbero postularon pensamientos que en la actualidad se han vuelto una realidad tangible. La democracia es afectada, ya sea positiva o negativamente por el hecho de cada vez más personas hacen valer su derecho a la libre expresión y lo hacen a través de redes sociales. Para demostrar lo anterior yo quise realizar un pequeño experimento social para observar el comportamiento de los usuarios a través de las redes sociales entorno a temas de política. Un día después de las elecciones hice una publicación netamente subjetiva sobre los dos primeros lugares (Jimmy Morales y Sandra Torres) en donde me incliné por uno de los dos. Entonces obtuve una respuesta de parte de varios de algunos de mis amigos de facebook en donde planteaban si estaban de acuerdo conmigo o no (la mayoría en desacuerdo conmigo), y me pareció muy interesante el hecho de que hayan fundamentado sus respuestas con verdaderos argumentos (en su mayoría) y fueron muy enriquecedores porque al final pude realizar una comparación entre los dos candidatos sobre sus cosas negativas para motivar a quienes se toparan con la publicación de crear espacios de debate para fomentar la opinión crítica entre los jóvenes.

Esta experiencia me pareció un buen ejercicio democrático que puede aportar mucho ya que cuando varios usuarios comparten lo que piensan y se crea un debate en donde existe una contra parte que interroga cada comentario emitido. Yo creo que es fundamental que nosotros mismos abramos espacios de opinión crítica (aprovechando las redes sociales) y nos dispongamos a analizar los puntos de quienes piensan diferente a nosotros para tratar tener un mayor panorama. Mi objetivo es que al ver la comparación entre ambos, nos demos cuenta de los contras que tiene por quien simpatizamos. Por ejemplo, si yo considero que el candidato 1 es mejor que el candidato 2, entonces voy a ver cada uno de los puntos en contra del candidato 1 para entonces investigar y leer sobre eso y así estar enterada de todo lo malo de esta persona; de igual forma, para quienes prefieren al candidato 2 en vez del 1, que vean los puntos en contra de éste y los investiguen para considerar todo lo malo que él tenga. Entonces, luego de buscar la información que nos hace falta considerar, tendremos más argumentos para fundamentar mejor por quién nos inclinemos.

Si existen plataformas virtuales que podemos utilizar, en este caso las redes sociales, yo propongo que hagamos uso de esta herramienta para que nosotros mismos podamos crear nuestros espacios de discusión, con el fin de que podamos leer más sobre el tema, investigar e informarnos para desmentir supociones o clarificar hechos para que al final podamos estar informados y razonemos bien. En Guatemala menos del 2% de los jóvenes tenemos acceso a educación superior, lo que quiere decir, que tenemos mayor acceso a la información que otros sectores, entonces lo menos que podemos hacer es aprovechar este privilegio e informarnos como se debe. Y así podamos todos juntos transformar nuestro país. Yo ya me puse a investigar e invito a que todos lo hagamos.

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