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Javier Rubio/ Opinión/

Nunca antes en la historia de la humanidad se había tenido acceso a tanta información, en tan poco tiempo. Hoy en día basta con un simple “clic”, para  poder tener acceso a la más grande biblioteca que jamás se hubiese visto en la historia de la humanidad, las barreras físicas parecieren haber desaparecido.

¿Qué efectos ha traído consigo la explosión informática en la vida de las personas?

Los efectos de la denominada explosión informática son variados, pero uno de los más notables es sin duda alguna el que Nils Christie expone en su obra titulada: Una sensata cantidad de delito, en el cual explica que las personas cada vez menos acostumbradas a tratar con otras personas deben encontrar seguridad en otra parte, esta seguridad la da desde luego el mundo tecnológico. Un ejemplo claro de esto, lo constituye la típica persona que al hacer un trabajo en el colegio o en la universidad únicamente copia y pega el resultado de la primera página que se despliega en google, sin siquiera cuestionar la información o confrontarla con otra fuente.

¿Qué relación tiene la era informática con los medios de comunicación social?

Esta nueva era informática ha sido aprovechada mejor que nadie por parte de los medios de comunicación social, el mejor referente del Derecho a la Libertad de Expresión en los tiempos actuales, en algunas ocasiones para bien y en otras para mal. Y es que nunca antes en la historia alguien había podido imponer de forma tan impune una “verdad” a tan gran número de personas, aprovechando la situación social tan particular que se vive hoy en día, una era informática y una inversión en la escala de valores en donde el “espectáculo” es el rey, como lo expone Mario Vargas Llosa en su obra titulada: la civilización del espectáculo.

Entre la libertad de expresión y el respeto a la dignidad humana.

La necesidad de un “espectáculo”, ha causado en los medios de comunicación social un fenómeno particularmente inusual que consiste en aplastar la dignidad humana. Esto se ve a diario desde la transmisión de noticias de “ultima hora” o “último minuto”, en donde se expone a las personas recientemente aprendidas sindicadas por algún ilícito, en donde a pesar de usar la palabra “presunto”, en un juego donde la imagen puede más que las palabras, pareciera desaparecer en la transmisión la imagen de una persona esposada, desprovista de toda esperanza, custodiada por elementos de las fuerzas de seguridad del Estado; esto pareciera prevalecer sobre la palabra “presunto”, con la que se pretende salvaguardar la dignidad humana, sumado al hecho de que no se da seguimiento a la noticia.

El conflicto entre el Derecho a la Libertad de Expresión y dignidad humana, trasciende hoy en día en la imagen de los sindicados de algún ilícito, ya en el campo de lo político se puede ver ataques a funcionarios públicos por actos no oficiales, actos puramente personales, que poco o nada tiene de relevancia noticiosa, convirtiéndose en un verdadero linchamiento político; o la transmisión de segmentos en los “noticieros”, que pretenden escudarse en “una forma diferente de ver las noticias”, en donde la dignidad humana se pisotea impunemente, mostrando a personas en estado de ebriedad transitando por las calles sin cometer ningún acto ilícito, noticia que poco o nada puede aportar en cuanto al valor noticioso. Y es que, estar en estado de ebriedad no es –hasta donde tengo conocimiento– un hecho ilícito.

¿Es esto un ataque a los medios de comunicación social y a la libertad de expresión?

Por supuesto que no, naturalmente un análisis a profundidad sobre la era informática y la civilización del espectáculo está muy por encima de lo que persigue esta humilde columna. Así como los medios de comunicación social han destruido la dignidad humana en algunos casos, también han servido para informar y revelar datos que de no ser por ellos nunca hubiesen podido ser conocidos o al menos no con tal rapidez. Hace apenas 20 años no se hubiera podido imaginar que apenas minutos después de la presentación de un libro, se diera a conocer una supuesta transgresión a los Derechos de Autor.

La presente columna solo representa un llamado a la reflexión para los lectores, para que fomenten una cultura crítica en su vida y a los medios de comunicación, para que recuperen los loables ideales que tanto trabajo en el pasado les costó mantener y que tanto sacrificio representó.

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