Un techo para mi país URL /
Un Techo Para Mí País es una organización que nació en Chile en el año de 1997, cuando un grupo de jóvenes se dio cuenta de la condición de extrema pobreza que se vivía en su país; este suceso marcó la pauta para que quisieran empezar con un movimiento en forma de protesta, para que la voz de los mas desfavorecidos fuese escuchada. Así fue como años mas tarde en el 2001 se empieza a extender a Latinoamérica, llegando a 19 países, ente los cuales encontramos a nuestra bella Guatemala.
Cabe resaltar que Un Techo Para Mí País se compone de jóvenes que quieren que la realidad de su país, independientemente de cuál sea, tenga un cambio positivo; no solo erradicando la extrema pobreza, sino también siendo solidarios con las personas. Además de la construcción de viviendas de emergencia, se cuenta con otras dos fases, habilitación social y comunidad sustentable. Ambas etapas buscan el desarrollo y empoderamiento de las comunidades.
Esta organización llega a Guatemala en abril de 2008, queriendo involucrar a los jóvenes universitarios a formar un cambio en la realidad del país.
Actualmente se han construido 1644 viviendas de emergencia, con la ayuda de 15000 voluntarios de las diferentes universidades del país y también jóvenes del interior de la República.
En marzo de 2010, una actual voluntaria, escucha de su mejor amiga la noticia que se irá a un campamento donde construían viviendas para familias que viven en extrema pobreza. Le dijo que era una experiencia increíble y que uno se enfrentaba cara a cara con la realidad del país. Así fue como decidió ir a su primer campamento, sin saber que con eso estaba a punto de cambiar su vida. “Inicié con un poco de dificultad a la hora de la construcción, pero con solo voltear a ver a la familia que necesitaba de mi apoyo para tener un techo digno bajo el cual dormir, volvía a trabajar de lo más determinada a finalizar la vivienda para esas personas que tanto la necesitaban” comenta. “Al regresar del campamento y entrar a mi casa, fue inevitable sentir un nudo en la garganta y que se me humedecieran los ojos. Me costaba mucho ver, después de una semana de reflexiones y experiencias distintas, el contraste del lugar al que había ido a construir y la gran felicidad de las familias con una vivienda de 3 x 6 metros, con mi casa y las inconformidades tan banales que regularmente sentimos, dándolo todo por sentado sin agradecer las oportunidades y recursos que nosotros sí tenemos”.
Fue entonces cuando se propuso ayudar lo más que pudiese por medio de la fundación. Es así como ha participado en varios campamentos y en cada uno ha vivido una experiencia distinta, pero siempre enriquecedora. “He dejado partes de mí con cada familia a la que le he construido, así como también he aprendido mucho de ellos. El Techo no solo me ha servido para encontrar grandes amigos, tener anécdotas únicas y pasar los momentos más alegres, sino también me ha ayudado a crecer como persona y comprometerme cada vez más con el sueño que tenemos de que juntos, poco a poco vamos a alcanzar un mayor desarrollo para nuestra Guatemala a través del crecimiento colectivo de las comunidades”.
Así como ese testimonio hay muchos. El voluntariado con Un Techo Para Mi País es una experiencia que nos lleva más allá de la realidad cotidiana que vivimos en la ciudad capital, es una forma en la que jóvenes buscamos darle solución a los problemas de la realidad social y así también salir de nuestro cajón y ser útiles para quienes más nos necesitan.
Por eso te invitamos a que de este 1 al 5 de abril, junto a 223 familias nos ayudes a cambiar la realidad y también a sembrar otra semilla de esperanza para nuestro país, asistiendo al campamento en donde se construirán 223 viviendas de emergencia en Villa Canales, Pueblo Nuevo Villas, Zona 1 de la Capital y Palencia para que más familias que viven en extrema pobreza tengan un techo digno en donde vivir y así mejorar su calidad de vida para que puedan buscar y realizar sus sueños.
Así que no dejemos que nuestro país y nuestra gente viva en un ambiente indigno. Esta Semana Santa empecemos con el cambio, convirtiendo clavos en oportunidades.