Fotografía: Artes Landívar

Por: Sabrina Castillo Gallusser

 

Mario favorece el que siempre haya público en los ensayos. Así, he logrado observar mi comportamiento en escena. Puedo verme, por ejemplo, con miedo de no estar haciéndolo bien o sin saber qué hacer cuando el público reacciona.  Me he visto también,  en otros momentos, en los que, para mi asombro, me siento con confianza. Definitivamente Mario me está quitando el miedo escénico. Creo que se va a cumplir lo que siempre me dice: quemi deseo de mostrarlo será tan potente que sobrepasará mi miedoy que voy a querer defender las ideas de la señorita Fufita. Con los grupos invitados he aprendido a toser y a esperar a que me vieran cuando estaban distraídos. Me pongo nerviosa cuando siento que no estoy logrando su atención. ¡Pero me pongo hasta nerviosa cuando toco piano en mi casa y sé que un vecino podría estar escuchando! Los ensayos y la repetición son, al final, un constante buscar. Limpiar y preparar las cosas de la escena son parte de la obra. 

 

Han pasado diez meses. Me junté con Mario en diciembre y reescribimos grandes partes de la obra. Sobretodo el principio que me producía incomodidad. Ahora empieza con el tema de la imaginación. Un tema que me apasiona. Después de regresar unos días a la señorita Fufita, en diciembre, me llené de ronchas. No sé si tendría que ver con mi pánico o simplemente fue una respuesta corporal a algo que comí. Ahora en enero me volví a reunir con Mario para hablar sobre los planes con la Fufita. Aunque siento que solamente pensarlo pone mi cuerpo en alerta, estoy memorizando el libreto, poco a poco, mientras camino entre árboles. Tengo la esperanza que así, mi cerebro, va a relacionar la tranquilidad con todo el chorro de palabras de la Fufita. Estos días continúo experimentando con mi cerebro diciéndome cosas como: voy a descansar estudiando francés o voy a descansar memorizando el monólogo. Todavía está por verse si estas estrategias tendrán algún efecto en las tensiones de mi cuerpo. La esperanza es lo último que se pierde. 

Compartir