Maria Renée Andreu/Brújula/

El lenguaje que se utiliza cotidianamente refleja parte de nuestra realidad como sociedad. Prejuicios, estereotipos e incluso denigración hacia cierto grupo social o étnico emergen inmediatamente en el lenguaje. ¿Cuántos de nosotros no hemos utilizado diariamente en nuestro vocabulario frases como: “sos un indio”, “parecés bajado de la montaña”, “es una shumada”, entre muchas otras? Si nos detenemos a pensarlas, cada vez que las utilizamos lo hacemos cuando queremos denigrar, hacer sentir mal a alguien o simplemente -por molestar- hacerlo sentir de menos.

En nuestros entornos universitarios, estas frases son realmente una constante. Sin embargo, ¿consideran ustedes que utilizarlas los hace una persona racista? ¿Todos quienes las dicen son inmediatamente personas racistas?  Decidí consultar con varios jóvenes universitarios sus opiniones ante estas interrogantes.

La mayoría de jóvenes hoy en día comparten la opinión que el utilizar algún tipo de expresión que puede ser considerada racista no los convierte automáticamente en una persona racista.

Juan, estudiante de ingeniería, menciona que cuando utiliza este tipo de expresiones como “no seás indio” no lo hace con el fin de discriminar a un grupo, sino más bien las utiliza para decir que una persona es insistente.  Para él, son expresiones socialmente aceptadas y puede que sean utilizadas únicamente porque es un problema estructural en las relaciones sociales dentro del país. Sebastián, estudiante de relaciones internacionales, afirma que la “multiculturalidad no es aceptada en nuestra sociedad pero el sentido en el que las frases se utilizan no es necesariamente con un sentimiento racista, no es con el fin de discriminar a personas por su apariencia o por su raza”.

Andrea es una estudiante de ciencias políticas que no utiliza estas frases debido a que considera que tienen un efecto peyorativo sobre la conducta humana; es decir, se denigra a cierto grupo debido a una estructura de un imaginario social. Comenta que el utilizar estas expresiones genera ciertos estereotipos. Es decir, se está diciendo que el indígena es insistente cuando decimos “qué indio” o es poco desarrollado cuando decimos “parece bajado de la montaña”. Al analizar otras frases donde se creería que no hay una intención estrictamente racista como “sos un cholero” se llega a la conclusión que sí tiene un trasfondo racista, ya que es derivado de aquellas trabajadoras de casa particular que provenían de El Chol.  Sin embargo, a pesar que la mayoría de universitarios entrevistados afirman que el decir estas frases no los hace personas racista, algunos investigadores sí lo consideran una expresión del racismo en nuestro país. Existe un contexto histórico donde se hace esa relación de caracterizar al indígena por medio de factores denigrantes. Desde la época de la colonia, se popularizó la idea que la cultura indígena era negativa, que el indígena era malo e ignorante; toda esta historia posee una repercusión en las acciones de los jóvenes hoy en día. En otras palabras, si el fin es decir que una personas es insistente o necio no deberíamos basarnos en el estereotipo que todos los indígenas son insistentes.

Amílcar Dávila, licenciado en Letras y Filosofía de la Universidad Rafael Landívar, comenta que este tipo de frases son utilizadas debido a que en el contexto histórico del país, siempre se ha tenido la intensión de jerarquizar las relaciones en todos los ámbitos, buscando un cierto grado de superioridad entre las personas; por ello, denigrar en el lenguaje resulta una acción constante en nuestra sociedad. Afirma que “el racismo es un sistema  que se encuentra encarnado en nuestra sociedad y  proviene desde hace muchos años”. Por ello es importante concientizar a los jóvenes en la temática, ya que el dejar de utilizar las frases es una manera de empezar a revolucionar el sistema.

En otras palabras, el hecho de dejar de utilizar las frases no hace que la sociedad deje de ser racista, pero puede ser la base o el inicio de un cambio dentro de las nuevas generaciones.

Candelaria López, investigadora del Instituto de Lingüística e Interculturalidad de la Universidad Rafael Landívar, afirma que el uso de este tipo de expresiones se da debido a las influencias del entorno de quien las utiliza, asimilándolas de una manera dependiendo de sus relaciones sociales. “Se adopta el vocabulario del contexto social del individuo y se interioriza,” comenta.  De acuerdo a López, a pesar que esta práctica no es necesariamente racista ya que el uso de las frases puede ser debido a que esa es la manera de expresarse del círculo social al que el individuo pertenece, esto no justifica el denigrar a un grupo por la estructura social del país. Para López, maya k´iché, la población indígena socialmente tolera el uso de este tipo de expresiones; sin embargo no las acepta, ya que es un problema proveniente de años atrás y lastima las emociones y la identidad indígena.

Es importante saber que en el momento que estereotipamos a cierto grupo de personas por medio de características negativas, existe una violencia simbólica. Esto es debido a que se está discriminando, ya sea por razones raciales o de clase, y dañando la identidad de estos grupos.  Es necesario que como guatemaltecos hagamos conciencia y entendamos que la utilización de frases como las mencionadas anteriormente, son la punta del iceberg de la problemática racista del país. Es probable que no se utilicen con el fin de dañar la identidad indígena, pero el uso de las mismas sí fomenta una discriminación racial.

Las palabras son acciones, ¿queremos accionar de manera racista?

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