Liza Noriega

Llevan meses esperando alguna respuesta.  Han corrido sin descansar alrededor de la casa presidencial por más de 1,800 horas.  Han realizado paros totales en la mayoría de universidades, en un país donde la cantidad de universidades, entre públicas y privadas, supera las 60.  Algunos con el afán de demostrar la seriedad de sus propuestas, han entrado en huelga de hambre. ¿Qué locos hacen todo eso?

Llevan meses esperando alguna respuesta, y debido a sus acciones, el gobierno declaró que 70,000 de ellos ya perdieron el año escolar que estaban cursando en la Universidad. Y para ponerle la guinda al pastel, ellos no piensan bajar la guardia.  Seguirán corriendo, aguantando hambre y estar dispuestos a perder el año escolar… con tal de recibir una respuesta.

Ha sido en Chile donde se ha gestado todo este moviento.  Los estudiantes universitarios chilenos han sido quienes han estado movilizados por más de cuatro meses en busca de respuestas por parte del gobierno, haciéndose cada vez más fuertes conforme el paso del tiempo.  Desde mayo, cuando las protestas eran tímidas y aglutinaban a estudiantes únicamente en Santiago de Chile, hasta el día de hoy, cuando son mareas de estudiantes las que salen a la calle a protestar en todos los rincones del país. Sin embargo… ¿Qué están esperando, solicitando, exigiendo?

Las propuestas de los jóvenes, quienes en su mayoría no superan los 23 años,  van dirigidas a exigirle al gobierno chileno mejoras en la calidad de educación que reciben, especialmente la educación pública.  La educación entendida como un derecho para todos, y no un servicio que se presta, es la base de las discusiones entre estudiantes y gobierno.

 A continuación les presentamos algunas realidades que vivien los jóvenes universitarios chilenos, a quienes ya se les han sumado estudiantes secundarios, para entender un poco más las exigiencias de este movimiento:

Educación gratuita.  En Chile, como en Guatemala, existen universidades estatales y privadas.  En Guatemala tenemos únicamente una universidad estatal, la Universidad de San Carlos de Guatemala, la cual por mandato constitucional debe ser gratuita y accesible para todos; por ello sus cuotas bajas.  En Chile en cambio, además de que existen diversas universidades estatales, éstas no son gratuitas, el proceso de admisión a ellas es bastante exigente y las cuotas a pagar son iguales o muchas veces superiores, a las cuotas que se pagan en universidades privadas.  De allí que estén exigiendo educación gratuita.

Créditos para pagar la educación.  Por estas  cuotas tan altas que los estudiantes deben pagar, las familias de los estudiantes deben ir a realizar préstamos o créditos a los bancos, los cuales los jóvenes al salir de la univerisdad, deben iniciar a pagar con intereses.   A pesar que el Estado chileno hace algunos años aprobó una modalidad especial  con los bancos para que los intereses que les cobraran a los jóvenes universitarios no fueran tan altos, éstos siguen endeudando a las familias chilenas.  De allí el interés para que el Estado reduzca los intereses de los créditos.

Pruebas para ingresar a la Unviersidad.  En la mayoría de países, los jóvenes realizan pruebas que deben aprobar para ingresar a la Universidad.  Sin embargo, en Chile depende del puntaje que obtengas en la Prueba de Selección Universitaria –PSU-, así es la carrera a la que puedas optar.  En Chile no es lo mismo desear ser médico, que arquitecto o psicólogo.  Cada universidad exige determinados puntajes para cada una de las diferentes carreras que se ofrecen.  Es así por lo cual a una profesión tan importante como por ejemplo, ser maestro,  se le exige un puntaje muy bajo y por ello en esta carrera entran todos aquellos estudiantes que no lograron buenos resultados y no lograron ingresar a ninguna otra carrera.  De allí la exigencia de los estudiantes de replantear la discusión del PSU.

Estas son algunas de las exigencias de los estudiantes para el gobierno chileno, aunque existen muchas más.  Sin embargo, entender esto puede ser la base para comprender de mejor forma el fenómeno y determinar si se está de acuerdo o no con el movimiento estudiantil chileno.  No es casualidad publicar este artículo hoy 22 de septiembre, día en que los líderes del movimiento han llamado a un nuevo paro nacional por la educación.  Un movimiento masivo que paralizará actividades, con el único fin de solicitarle al gobienro, un poco de interés por la educación de sus jóvenes.

Sin importar si existen puntos de acuerdo con las propuestas de los estudiantes, lo que nadie puede negar es la importancia de la organización y el compromiso de los jóvenes, que no son más que estudiantes universitarios así como los estudiantes landivarianos; quienes realmente creen en la lucha que realizan.  Después de la noticia del presidente Sebastián Piñera respecto a que muchos estudiantes por encontrarse en las manifestaciones, y no haberse incorporado al programa “Salvemos el año escolar”, ya perdieron el año, los estudiantes reaccionaron de una forma envidiable a nuestro punto de vista.  Un estudiante chileno compartió: compañeros, sacrificar un año de tu vida por ayudar a nuestra sociedad en general, a tu familia y a ti mismo no puede ser una pérdida; yo le llamo una muy buena inversión.

Y tal como decía Violeta Parra, cantautora chilena, “Me gustan los estudiantes… son aves que no se asustan de animal ni policía, y no le asustan las balas ni el ladrar de la jauría.”

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