María Fernanda Sandoval/ Opinión/
Calle 13 se ha caracterizado en los últimos años por ser una banda de crítica social y política. En sus recientes álbumes han destacado sus letras polémicas, que hacen referencia a la migración, el tráfico de personas, la situación social puertorriqueña y la política mundial. El cantante y compositor René Pérez Joglar se ha hecho notar en los medios por el ataque constante a figuras públicas contemporáneas, “desahogándose cuando escribe, con letra franca, pa´no terminar explotando en la Casa Blanca” o bien explicado de una manera menos rítmica, valiéndose de la realidad social para expresar en sus canciones todo aquello que constantemente vivimos y deseamos poder denunciar.
Es innegable el éxito que esta banda ha tenido a nivel latinoamericano. Esto posiblemente se deba a la fuerte conexión que desarrolla con sus seguidores, ya que en muchas ocasiones sus letras expresan todo aquello que como naciones no hemos podido decir. Temas como “Latinoamérica” o “Canción para un niño en la calle” son capaces de llevar a un oyente a las lágrimas, y en los mejores casos son idóneos para despertar las esperanzas y deseos de lucha en los jóvenes, que son los mayores seguidores de la agrupación.
Multiviral, su último álbum, no se aleja de las características que los representan. Y además del amor simple y puro que puede escucharse en “Ojos color sol” o el cinismo y la gracia en “Los Idiotas”, Calle 13 toca nuevamente temas sociales y políticos de gran importancia. Una de las canciones que invita al análisis es “El aguante”.
¿Debemos brindar por el aguante?
Esta letra nos ofrece que brindemos o bien celebremos por todo lo que la humanidad ha soportado: Las dictaduras latinoamericanas, dentro de ellas una guatemalteca; las guerras, el holocausto Nazi e incluso la esclavitud.
La proyección social de la banda es admirable, además de su facilidad para unir en sus temas, ritmos, rimas y letras inteligentes y de gran calidad. Pero algunas veces es necesario diferir de los mensajes, aunque estos se nos presenten de manera contagiosa. Si hemos de brindar por algo, que no sea por soportar injusticias, ni permitir atropellos. No nacimos para aguantar nada, aun así con anterioridad la humanidad haya soportado y siga soportando atrocidades sorprendentes. Las nuevas generaciones debemos tener la capacidad de ya no permitir que se nos trate injustamente, de terminar con las infamias cometidas contra alguien más, de dejar de aceptar que se nos obligue a creer o no creer en lo que se predica o se nos haga sentir insuficientes por lo que no tenemos, no sabemos, no parecemos o no somos.
A lo mejor el mensaje de “El aguante” va más allá de permitir y soportar la situación que se nos presenta; a seguir de pie aunque hayan tormentas y tengamos los segundos contados, como el grupo menciona, a resistir, revolucionar, botar y cambiar la misma situación.
Brindemos sí, por seguir vivos. Porque en el siglo pasado la mujer haya logrado votar y en siglo actual las féminas ocupen grandes cargos políticos, inimaginables décadas atrás. Por la descentralización de la salud, por la alfabetización, por el deseo de aprender, por las personas que buscan el conocimiento a través de medios que muchas veces no se les ofrecen. Que se alcen las copas por los que aún tienen deseos de cambio, por los profesionales que no se dejan comprar por sistemas nefastos y por los ciudadanos que nos creemos capaces para iniciar un cambio. Brindemos por resistir y luchar, cambiar, revolucionar; no por soportar y seguir en ello.