Javier García / Corresponsal/

Se siente la tensión en el campo, los tiempos extras se están acabando, la afición espera y reza por un gol de su quipo, el jugador gasta lo último que tiene de energía para correr, los arqueros nerviosos de fallar en el último minuto. El árbitro con su silbato en la boca da el pitazo final. Pero es tan solo el comienzo de la tensión, los tiros desde el punto final.

En diversas ocasiones he escuchado el comentario “En la lotería de los penales nadie sabe quién va ganar”, una idea que personalmente encuentro totalmente descartada y oculta definitivamente en el error o la inexperiencia. Aceptémoslo. Para el jugador, ES SU TRABAJO… Por eso, como en cualquier otro trabajo, uno debe estar preparado sin excusa para cualquier situación.

Como amante del deporte y experiencia como portero -posición que juego-, se que el jugador sabe dónde colocará el balón, y existe también la habilidad del arquero, quien puede ser un factor clave en una victoria por medio de penales. Aquí no existen excusas de nerviosismo; son jugadores que están valorados por sus habilidades de oro.  Las agallas y disciplina debe ser su inspiración; cualquier fallo puede representarles la terminación de su continuidad. Si lo ves así, se escucha más interesante la importancia de que el jugador meta ese balón en la red, más aún cuando se trata de una final, una liga o una copa.

El fútbol, como todo en estos tiempos, se ha vuelto una ciencia, otro campo de investigación. Se miden habilidades, fórmulas, dotes y facilidad de explosión; actitudes de jugadores y cuadros tácticos de desempeño por medio de estrategias para buscar la más efectiva, con una finalidad hacer un equipo fuerte que te gane todo.

Regresando a nuestro tema principal “No podes fallar un penal”, anteriormente he escuchado una formula del penal perfecto la cual les comparto:

(((X+Y+S)/2)x((T+I+2B)/4))+(V/2)-1

Como esto no es una tediosa clase de estadística, ni busco que se vuelvan unos expertos matemáticos y me descifren la derivada para solucionarlo, digo la respuesta a esta fórmula que me llevaría unas cuantas horitas descifrar.

La receta va algo así:

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Lanzar un balón elevado, lanzado tanto a la derecha o a la izquierda.

Importante mantener criterio y seguridad en todo momento.

El balón a una velocidad de 90 a 104 kilómetros por hora, lo cual dependerá de la capacidad y disciplina de entrenamiento del jugador.

Algo que no debe faltar: el factor sorpresa.

Tomar una distancia de tiro de entre cuatro y seis pasos

Talento de goleador

Esperar máximo 0.41 en lanzar el penal

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Todo esto el jugador lo debe realizar rápido, antes que los corroan los nervios y los regresen al mundo de, si fallo, perdimos por mi culpa. Todos estos datos fueron tomados de la investigación realizada por David Lewis, matemático de la Universidad de John Moores en Liverpool, Inglaterra.  Aquí el video del penal perfecto que propició su estudio.

No soy fiel creyente de esta fórmula, o si seguir estos pasos te van a llevar a no fallar el penal, pero algo es cierto: después de ver el video, comprendes que si el guardameta tiene 2 pasos a su derecha y se lanza con todo su ánimo, la fórmula perfecta también puede fallar.

Entiendo que cualquier jugador puede fallar, pero se puede asumir que no estaba en su mejor momento o la mejor actitud para lanzar el penal.

Sin embargo, no podemos continuar con el jueguito para esconder el fracaso de que el equipo no es capaz de lanzamientos desde los once metros, con la excusa de “Esto es una lotería.”

Me quedo con la parte importante que veo de la fórmula; el criterio y seguridad con la que se hará el tiro, la disciplina de entrenamiento, la picardía que ha adquirido el lanzador para el efecto sorpresa, y su talento futbolístico.

El amor por la camiseta vale más que cualquier fallo, pero por favor  no digas que los penales son cuestión de suerte.

Ya quisiera el alemán patear como el chivo….

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