Zaira Lainez Carrasco/INTRAPAZ
Desde 1982, cada 21 de septiembre se celebra en todo el mundo el Día Internacional de la Paz. Es un día concebido por Naciones Unidas para reforzar los ideales de la paz y la no violencia. No es que con un día todo se vaya a solucionar, pero es uno de 365, en el que muchas personas alrededor del mundo nos concentramos en este tema.
Pero la paz no es de un día (así como tampoco lo debería ser el día de la madre). La paz es un proceso en construcción diario y que no tiene fin. Es algo que se debe vivir día a día, en todas las áreas con acciones concretas y realistas: conmigo mism@, en casa, en la escuela o colegio, en la universidad, en el trabajo, en la calle, etc. y a todo nivel (social, político, cultural, económico, etc.)
Si vemos la paz en abstracto no nos dice mucho. Si vemos la paz como la ausencia de la guerra, diríamos que en Guatemala vivimos en paz, pero no sé cuántas personas puedan decir en este país que viven en paz… en principio, muchos diríamos que la principal causa es la violencia, la de las calles. Pero para otros es la violencia dentro de sus propias casas o el no encontrar trabajo, el no tener un techo donde vivir, el pasar hambre o no saber con qué alimentar a una familia el día siguiente.
Son muchas las formas y distintas expresiones de la VIOLENCIA las que nos quitan la PAZ, en las que la DIGNIDAD de las personas es machucada.
Y a vos, ¿qué te quita la paz?
Este es un día en el que también se invita a reflexionar y pensar en formas para romper los círculos viciosos de las muchas violencias con las que nos enfrentamos, e incluso somos parte, cada día.
El tema elegido para este año es la Educación para la Paz y la no violencia.
Y es que NO basta con una educación que enseñe a leer, escribir y contar. Hay personas con título universitario incluso, a quienes les podríamos llamar analfabetas. Sí, como producto de una educación que enseña a memorizar, repetir y obedecer; en lugar de una que enseñe a pensar, a crear y proponer, una educación liberadora.
La educación debe ser un medio para fomentar una ciudadanía que no se limite a tener cédula y votar.
La educación tiene que promover el respeto mutuo, por los demás, por la tierra en la que vivimos y convivimos, y ayudar a construir sociedades más justas, con igualdad y equidad, diversas, libres y pacíficas.Las escuelas, los colegios y las universidades a las que asistimos tienen un gran papel qué jugar. ¿Para qué nos están educando? ¿Para ser un individuo más que nace-crece-se reproduce-y muere y que se conforma con lo que hay?
Yo sueño con una educación que nos transmita la historia no con fechas ni nombres de presidentes, sino con procesos que nos logren explicar el presente y que ese conocimiento nos haga indignarnos por el hoy, por las injusticias, porque por el privilegio que tengo yo de estudiar en la universidad, hay 9 jóvenes que no lo pueden hacer. Una educación que nos permita reconocernos en los otr@s y así, en solidaridad, unirnos a sus necesidades, demandas y luchas.
Una educación que nos haga pensar, cuestionar, romper esquemas y paradigmas. Y que esa conciencia nos lleve a actuar diferente para TRANSFORMAR este país.
Fuente: página oficial de Naciones Unidas.