Entiendo que muchos salen de la universidad peleando y arremetiendo contra esta. Sin embargo, creo que son aquellos que han hecho el menor esfuerzo y no tienen mucho éxito en su desempeño académico. Para mí y muchos otros la universidad, más que una institución, ha significado un hogar y la puerta al éxito y el crecimiento personal.  Por ello, ante la interrogante del  por qué agradecerle a la Universidad, puedo decir:

Primero, porque me ha brindado una formación académica y humana que no muchas otras universidades tienen.

Segundo, porque me ha brindado becas de estudios, en medio de mi carencia económica y condición de pobreza.

Tercero, porque a pesar que da empleo a unos pocos profesores que no saben mucho del tema, tiene contratados a otros líderes ejemplares en el campo profesional de Guatemala.

Cuarto, porque me ha brindado la oportunidad de trabajar en proyectos e instituciones de incidencia en el país, como el Juzgado de Femicidio o la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Guatemala.

Quinto, porque me ha facilitado estudios a nivel internacional y de intercambio en otras tres universidades de la Compañía de Jesús, en España, México y Colombia.

Sexto, porque me ha dado un trabajo digno y la oportunidad de ejercer también como profesor.

Séptimo, porque me animó a salir del clóset en medio de un contexto de discriminación hacia la comunidad LGTBI. Y no me juzgó a través de sus actividades o personal administrativo, en cambio, me demostró aceptación y orgullo.

Octavo, porque me ha brindado calor humano e incondicional y me ha permitido desarrollarme como líder a través de las organizaciones estudiantiles, voluntariado, proyectos sociales e incluso Brújula.

Noveno, porque me he graduado con honores y me ha dado satisfacción por las metas alcanzadas.

Y décimo, porque me ha inyectado de pasión por la vida, por mis sueños y por una sociedad más justa.

Realmente me siento orgulloso de ser landivariano y de pertenecer a una red de profesionales de prestigio que a lo largo de la historia ha seguido promoviendo el desarrollo y mejoramiento del país.

Ahora más que nunca me toca alzar el vuelo y conquistar los logros que aún, siendo muy altos, llevaré a cabo gracias a la porción de vida compartida en nuestra tan querida Universidad Rafael Landívar.

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