Un acercamiento al debate presidencial
Por Issya De León y Hans Quevedo R.
Analistas del Proyecto de Opinión Pública –POP-
El pasado lunes 17 de octubre se llevó a cabo “El gran debate presidencial”, en el Centro Cultural Miguel Ángel Asturias, donde estuvieron presentes los candidatos que participarán en la segunda vuelta electoral: Otto Pérez Molina, del Partido Patriota –PP-, y Manuel Baldizón, del partido Libertad Democrática Renovada –Líder-.
Antes del comienzo, dos presentadores indicaron que ambos políticos revelarían cómo efectuarían su plan de gobierno y mencionaron que se había realizado un análisis previo, para saber qué desean conocer las personas.
Al ingresar al escenario, Pérez Molina fue el único que saludó a la conductora y mientras entonó el Himno Nacional empuñó su mano sobre el pecho, en representación de uno de los símbolos de su partido. Baldizón saludó al público y minutos después se posicionó para cantar la composición cívica, de frente a la audiencia.
El debate comenzó con el discurso de Jorge Eskenasy, presidente de la Asociación de Gerente de Guatemala, institución organizadora de la actividad, quien invitó a los guatemaltecos a reflexionar acerca de los problemas del país: falta de solidaridad, desnutrición, pobreza, homicidios, salud, educación, impunidad, entre otros. Instó a todos a “involucrarse en iniciativas para el cambio” y a los candidatos “a construir confianza”, a través del cumplimento de sus palabras y acuerdos.
Se presentó al moderador del debate, el periodista internacional Jorge Gestoso, quien explicó a la audiencia que con anterioridad se había llevado a cabo un sorteo en el cual se determinó el orden de las preguntas. Asimismo, dio a conocer que existía la oportunidad de replicar respuestas, pero que se debía respetar el tiempo establecido de un minuto.
El debate comprendió tres partes: preguntas generales, interrogantes específicas sobre los planes de campaña y medidas propuestas para implementarlas en situaciones difíciles.
El señor Gestoso hizo referencia a que la audiencia debía aplaudir hasta el final, con el objetivo de respetar las reglas y mantener el orden.
La primera intervención comprendió una breve introducción del por qué deseaban ser presidentes y cómo habían llegado hasta este punto. Baldizón hizo referencia a su edad, para demostrar que es más joven que el otro candidato, y también mencionó sus logros académicos. Pérez Molina se refirió a su experiencia durante los últimos 35 años en los que estuvo en el Ejército y añadió que había luchado por alcanzar la paz en Guatemala.
En la segunda intervención se pronunció la primera acusación de la noche, cuando Baldizón mencionó que Pérez Molina había debilitado al Ejército, lo cual permitió que el narcotráfico operara libremente en el país. La respuesta del candidato del PP fue evasiva y comparó el señalamiento con los que hacía Sandra Torres. El candidato de Líder mostró varios documentos donde, según él, comprobaba la información de que en el mandato de Óscar Berger, Pérez Molina, como comisionado de Seguridad, informaba sobre la reducción de las fuerzas armadas, lo que facilitó la proliferación del crimen organizado.
El candidato del PP apeló a que en las reglas del debate se les había indicado que eso estaba prohibido, por lo que el señor Eskenazy tuvo que intervenir y recordar los lineamientos: no documentos, no celulares y no papeles. Pérez Molina aprovechó la oportunidad para hacer ver al público que si Baldizón no respetaba el reglamento también irrespetaba a toda Guatemala.
En la siguiente intervención, el candidato de Líder continuó con las acusaciones. Mencionó que el hijo de Pérez Molina había cobrado Q1 millón mientras trabajó en el gobierno de Álvaro Arzú. “Tengo pruebas”, decía Baldizón y sacó de su bolsillo otro papel. Esto dio lugar a que Pérez Molina lo retara al decirle que tenía 72 horas para ir al Ministerio Público a presentar la denuncia. Eskenasy volvió a intervenir por el rompimiento las reglas, por lo que el moderador invitó a un receso para que los organizadores conversaran con los candidatos. Los abucheos y aplausos del público no se hicieron esperar, lo que generó un ambiente informal.
Luego de la pausa, se reinició el debate. Sin embargo, los señalamientos continuaron, Baldizón mencionó que Pérez Molina tenía “amnesia”, porque no recordaba nada de lo que hizo en el Ejército y que ha copiado el discurso de su campaña política. Como respuesta, Pérez Molina afirmó que la propuesta de su contrincante “no tiene coherencia ni consistencia”.
Gestoso prefirió pasar a la próxima etapa, no sin antes comentar que “el clima cálido había llegado al escenario”. Los candidatos dieron una explicación sobre sus principales propuestas de campaña y realizaron comentarios acerca de las del oponente. Las presentaciones comenzaron con las palabras del PP respecto de la duplicación del presupuesto para la agricultura. Después le tocó el turno a Líder, quien habló sobre la implementación del Bono 15. Cada candidato objetó y dio argumentos en contra de las iniciativas del otro.
El “diálogo” sobre las propuestas continuó y Pérez Molina explicó que en su plan de gobierno “el eje principal es la seguridad” y que va a “implementar un plan completo e integral para combatir la violencia”. Baldizón lo retó y preguntó cómo lo pondría en acción, puesto que el Ejército se encuentra debilitado y que él propone que la Policía Nacional Civil cambie a Guardia Civil. El candidato del PP le objetó al decirle que la creación de esa guardia llevaría mucho tiempo y que Baldizón no tiene capacidad ni carácter.
Gestoso interrogó sobre cuánto empleo se comprometen a generar. Baldizón contestó que la “creación de puestos de trabajo es un incentivo a la inversión, que se necesita certeza jurídica y que se debe atraer inversión extranjera”, por lo que se compromete a fomentar 100 mil empleos nuevos en los próximos cuatro años. Pérez Molina comentó que “los empresarios son los que crean puestos de trabajo y que el Gobierno solo facilita esa situación”, asimismo, afirmó que quitará el 11 por ciento de los costos en seguridad para las empresas que desean invertir en el país, pero que para lograrlo se necesitan mandatarios serios y responsables.
En Guatemala tenemos una cultura machista que promueve la violencia intrafamiliar, expresó Gestoso, para anticipar la siguiente pregunta: “¿Cuántos elementos críticos contienen en su programa de gobierno sobre esta temática? El candidato del PP aseveró que Guatemala necesita que mujeres con oportunidades, educación, trabajo, independencia, padres de familias responsables, proyectos productivos, capacitación y tecnificación. El candidato Líder dijo que “era importante la integración de la mujer” y puso a Raquel Blandón, su vicepresidenciable, como ejemplo de una defensora de los derechos de las mujeres, quien promueve el cuidado prenatal, las oportunidades de empleo y las bolsas de crédito.
En cuanto a la educación, se les cuestionó: “¿Qué harían para mejorar la calidad de los maestros?”. Pérez Molina habló sobre “la capacitación a nivel universitario, educación gratuita con la infraestructura adecuada, material didáctico y tecnología”.
Solamente en una de las propuestas coincidieron los candidatos. El candidato del PP explicó que duplicaría el presupuesto para la agricultura y qué resultados esperaban. Pérez Molina dijo que su herramienta principal será la Ley de Desarrollo Rural Integral (no aprobada aún), con la que dotará de Q1 mil 600 millones al Ministerio de Agricultura, asimismo, “capacitar al pequeño agricultor, darle fertilizante y mercado”. Los recursos dependerán de la renegociación de las regalías con las mineras, para obtener los Q700 millones que hacen falta. Baldizón se mostró de acuerdo con su contrincante y afirmó que es importante otorgar semillas y fertilizantes, también agregó que está de acuerdo en apoyar que el 50 por ciento de las regalías sean destinados a dicho Ministerio.
Finalmente, las palabras de cierre no fueron menos tensas, Pérez Molina concluyó que él era el cambio y que el otro candidato era la continuidad y el plan B del Gobierno actual. Baldizón se atrevió a decir que la audiencia no representaba al pueblo de Guatemala, a quien dirigía sus propuestas, lo que generó abucheos, sin que el moderador pudiera controlar la situación.
Fue un debate que dejó poca reflexión y en el cual se pudo observar cómo se ha perdido la formalidad en este tipo de actividades. Primero, por el rompimiento de las reglas por parte de Baldizón; y segundo, por la exaltación y ofensas en temas personales a las que recurrió Pérez Molina. La audiencia se conmocionó y el debate se transformó en un “circo político”, en el que se evidenciaron varias conductas que crearon, posiblemente, confusión en los votantes.
Además, el moderador no estuvo a la altura de lo que se esperaba, debido a que en dos ocasiones hizo ver a los candidatos que se habían dicho corruptos, un comentario que provocó más tensión.
Fue un debate más de acusaciones que de propuestas, perdiéndose así una oportunidad para que el ciudadano indeciso pudiera reflexionar por quién votará. Sería necesario que en futuras oportunidades, los debates fueran a puerta cerrada o solamente permitirán el ingreso de un público selecto, con el objetivo de que los candidatos puedan dialogar sobre ofrecimientos electorales y no acerca de asuntos personales.