El análisis reflexivo y colaborativo que se ha tenido en el Instituto de Investigación y Proyección sobre Ciencia y Tecnología (INCYT) junto a otros actores en cuanto a las dinámicas territoriales en el área metropolitana y su zona de influencia, en torno al proceso de crecimiento y expansión urbana, han previsto un proceso de urbanización a mediano plazo de las áreas rurales.  El anillo regional, infraestructura vial que conectará varios territorios del área central, es un claro ejemplo de esto. Asimismo sucederá, de construirse el canal interoceánico que atravesará varios departamentos del nororiente y sur de país.

El crecimiento natural de la población, la migración del campo a la ciudad (centros urbanos) y la reclasificación de ciudades (conversión gradual de centros rurales en urbanos) son las causas principales del proceso de urbanización, definiendo este como el fenómeno de aglomeración poblacional, que abandona las zonas rurales para dirigirse hacia los centros urbanos o ciudades.

Lo anterior en muchos casos genera un crecimiento desordenado de funciones urbanas; a esta dinámica del proceso de urbanización de las zonas rurales más próximas a las ciudades, se conoce como rururbanización. En otras palabras, es el avance de la ciudad sobre el medio rural. Eria (2003)  afirma que las causas de esta masiva y extensa ocupación del espacio externo a las ciudades presentan naturalezas diversas, aunque son interdependientes. Sin embargo, las ciudades siempre poseen influencia sobre las áreas rurales que la rodean.

Este proceso de urbanización implica entre otras cosas, la especulación en los precios del suelo, hasta ese momento rural, y que de no existir una planificación y ordenamiento del territorio contiguo a estas grandes infraestructuras, altas probabilidades de un crecimiento desordenado y desequilibrado.

El aumento del parque vehicular y la necesidad de conectividad entre territorios, sin duda darán origen a que el espacio periurbano o rururbano (espacio que rodea al núcleo central de la ciudad y suele organizarse en torno a las vías de comunicación principales) crezca y se desarrolle.

En este sentido, la búsqueda de mejores precios del suelo para albergar actividades “urbanas” provocará el surgimiento de ciudades dormitorio como ha sucedido hasta la fecha, distante de los núcleos urbanos principales y de las ciudades mismas.

 

Por otro lado, la demanda de suelo en la ciudad ha provocado un aumento significativo en los precios del mismo, y por consiguiente, los usos tradicionalmente “urbanos” del mismo están situándose en suelo rural por ser mucho más barato. En este proceso, por un lado se abandonan las actividades agrícolas por las industriales y de servicios, las cuales son más rentables y por otro lado, la población tradicionalmente agrícola, ganadera y/o artesana, se sustituye por nuevos habitantes que llegan de la ciudad, en la que siguen trabajando, produciendo cambios significativos en la forma de vida rural.

Entonces, ¿nos encontramos ante un proceso de urbanización de las áreas rurales?, ¿en términos de calidad de vida, la urbanización de las áreas rurales incide de manera positiva en la población que las habita?

Lo que puede decirse con certeza es que los procesos de urbanización tanto en suelo urbano como en suelo rural, inciden de manera directa en el crecimiento de los centros poblados, aunque todavía se puede cuestionar si este crecimiento será sostenible en el tiempo. Probablemente la diferencia esencial radique en hacer la rururbanización de manera planificada y con una visión integrada a largo plazo como territorio.

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