Oscar Eduardo Ramirez Soto/
Durante los años 90 en Colombia, un abogado, escritor y periodista llamado Jaime Garzón tuvo la idea de satirizar los problemas políticos y sociales que ocurrían en su país. Lo hizo a través de un programa de televisión que llevaba por nombre “Zoociedad”. En este programa, los personajes estaban representando a la voz de la ciudadanía inconforme con el gobierno y su poca capacidad de administración pública.
En Guatemala no estamos lejos de esa misma idea, siempre se nos ha caracterizado por ponerle ese toque de burla o sátira a los problemas políticos y sociales que transcurren en el país. Pero el objeto formal de esa acción, no solo se basa en el entretenimiento, sino también en la crítica a las autoridades políticas; siempre habrá malos y buenos recibimientos a eso, pero la disputa es algo que no puede faltar.
Hablar de política, religión, o la guerra y sus bandos, es siempre una fuente de desgracias en nuestra sociedad.
El punto de encuentro de todo esto es la división de las opiniones y el alcance de la confrontación, en lugar del diálogo racional y estructurado con argumentos válidos. Cuesta mucho discernir ¿somos animales o somos humanos? Pero, ¿por qué esta formulación?
La respuesta es simple. Primero, por nuestras actitudes, nuestro comportamiento y, nuestros impulsos. En este tiempo las disputas o “charlas” que se salen de las líneas racionales llevan a los golpes, los alegatos e incluso a la denigración de la persona, simplemente por el hecho de no pensar igual o de la manera que fulano o mengano desea. Eso nos hace ver como animales salvajes que pelean en la jungla por una presa o por territorio. Inclusive es una forma de demostración moderna de “intelectualidad para algunos” y de “superioridad” para otros; por ende seguimos siendo animales por querer demostrar los puntos a la fuerza y no por objetividad.
Segundo, la formulación se da debido a lo que acontece en el país ahora. Las personas utilizan las redes sociales como su arma de expresión o más bien, de imposición. No es malo el uso de estas redes, lo malo, es que presentan un campo para que las vorágines de conflicto se agravien más. Con esto hago referencia a las personas, movimientos, agrupaciones e instituciones que utilizan estas redes como un factor para la imposición de puntos de vista y “análisis”, como herramienta para demostrar sus dotes hegemónicos de “intelectualidad” y “superioridad”.
La expresión “el hombre es malo por naturaleza” de Nicolás Maquiavelo sigue vigente, eso convierte en una criatura irracional al atacante y al inquisidor ideal.
Si de verdad se quiere opinar y establecer ideas válidas, se debe dejar atrás la pelea y comenzar con aportaciones serias, con un pensamiento dirigido al diálogo y el debate pacífico. Será costoso que la sociedad entienda la diferencia entre imposición y opinión, por ello, para finalizar le coloco las siguientes preguntas: ¿Usted se considera un animal o una persona? y ¿usted piensa que vive en una Sociedad o en una Zoociedad?