Vilmer Antonio Guzmán Benito/Palín, Escuintla/Programa Liderazgo Joven/
Desafortunadamente en nuestro contexto el término interculturalidad se enseña dentro de un plantel educativo, pero solo se enseña teóricamente. Claro, no podemos generalizar, pero sí podemos mencionar que de lo teórico a la práctica, hay una gran brecha.
Podemos hacer énfasis en este término para poder describir una gran parte de nuestra realidad como guatemaltecos. Una forma simple y muy práctica para decir si se practica la “interculturalidad” es cuando una persona sale de su casa y se dirige a la escuela, al instituto, al trabajo o al lugar a donde vaya, a hacer lo que tenga que hacer, y todos nos comunicamos de una u otra forma, ya sea por gestos o hablando, pero todos nos relacionamos con personas de diferentes sexos, edades y credos, en otras palabras “entre culturas”. Así, de una forma tan sencilla definimos y ponemos en práctica la interculturalidad.
Esto ha venido a generar una gran discusión, a razón de que muchos ven priorizado en este término a la población indígena. Pero esto no es así, ni tampoco es ajeno de toda la población. Como bien se menciona, es la relación, pero ¿con base en qué puedes hacer que funcione bien el término? Es fácil, ya que toda nuestras culturas están basadas en el respeto, la tolerancia y la responsabilidad que tenemos dentro un núcleo familiar.
Teniendo una idea de cómo están basadas nuestras culturas en Guatemala, ver la relación entre la población de mayor número en nuestro territorio – como somos nosotros los jóvenes- es complejo. Nuestra relación como población va más allá de lo cultural (háblese del territorio) ya que actualmente nos invaden los medios de comunicación con modas y música, entre otros. ¿Qué tiene que ver la parte de los medios de comunicación con la interculturalidad? Considerando las nuevas formas de expresión en música, por ejemplo la urbana (reggaetón, hip hop, break dance, etc.), lo que muchos llaman como “subculturas”, dentro de estas ya se relacionan jóvenes de diferentes edades, tanto hombres como mujeres así también indígenas y no indígenas.
En varios municipios de Escuintla, estos grupos de jóvenes son muy comunes y muy segmentados así como marginados y etiquetados por su forma de vestir, de comportarse y de ser como son.
Muchas veces viene directamente de las personas adultas o de otros jóvenes que son de otros subgrupos. Esto ocasiona una mayor discriminación interna dentro de la población del lugar, perdiendo el respeto hacia los demás y haciendo que la relación se vea interrumpida, ya que únicamente la comunicación se da hacia dentro de los grupos, y no con todos. Esto lleva a que una comunidad sea mucho más dividida, y no sólo viéndolo desde la perspectiva de estos subgrupos que nacen a raíz de la influencia de los medios de comunicación.
Hay otra división que ha existido por años, la religiosa. ¿Qué tiene que ver la religión con la interculturalidad? La realidad de nuestras comunidades, considero, en muchos lugares es igual, porque ellos definen a dos grupos de cristianos, esto ha sido algo que ha venido de años atrás no de ahora. En algunos momentos ha hecho que la población de una comunidad se una para arreglar problemas del lugar, en otras ocasiones, ha hechos que el mismo lugar se divida.
Ahora bien, esto tiene una gran relación, porque todos estos grupos se comunican e interactúan entre ellos. La diferencia es que dentro de cada uno de estos grupos, las relaciones entre personas es buena: se relacionan mujeres, hombres, todos de diferentes edades y de igual pensamiento o creencias. Lo malo es la interacción con los otros. ¿Por qué decir lo malo? Porque para muchas de estas personas su forma de pensar o de creer, es mejor y quieren hacer cambiar al otro.
Esta actitud bloquea, en algún momento, nuestra relación intercultural como pueblos originarios, háblese de mayas, garífunas, xinkas y no indígenas, ya que cada uno tiene características diferentes pero que están íntimamente relacionados con el respeto mutuo y la tolerancia hacia los demás, cosa que en los otros grupos –subculturas y religiosos- estas dos cosas no se tiene en su totalidad o no lo practican todos.
Así como esos ejemplos podemos mencionar más, pero nuestra realidad guatemalteca está basada en la relación de 4 grandes culturas, aunque como se menciona anteriormente hay más subculturas o grupos, que tienen una relación mucho mayor o de gran magnitud a nivel local que a nivel nacional. Son más notorias porque uno se puede dar cuenta de cómo funcionan desde su municipio.
Nosotros los jóvenes estamos atravesando una fase muy fuerte en nuestro país, simplemente porque nuestra forma de relacionarnos es diferente a como lo indican las normas de la “sociedad”. Lo que tenemos que hacer es enseñarles a las demás personas y a otros jóvenes a vivir la interculturalidad. Ahora, nosotros los jóvenes, la vemos y la practicamos de formas “diferentes”, y que desde esas formas podemos hacer muchos cambios, o mejor aún, podemos ir adecuando nuestras costumbres, tradiciones y valores (que nuestros antepasados nos han enseñado con el paso de los años) con las nuevas “tendencias, expresiones o formas” que se van dando entre nosotros los jóvenes.
*Parte de Asociación Maya Poqomam Nim No’ooj
Fotografía: guatemalaenfotografia.blogspot.com