Roxana Poyon
El confinamiento, ante la emergencia sanitaria del COVID-19, es uno de los factores que pueden acrecentar la violencia intrafamiliar lo cual coloca a una mayor vulnerabilidad a las niñas, niños y adolescentes.
El maltrato infantil, es uno de los problemas más frecuentes y en este tiempo de cuarentena, se elevan las cifras de casos; el maltrato infantil se puede definir como: los abusos y la desatención de que son objeto los menores de 18 años, e incluyen todos los tipos de maltrato físico o psicológico, abuso sexual, desatención, negligencia y explotación comercial u otro tipo que causen o puedan causar un daño a la salud, desarrollo o dignidad del niño, niña y adolescente o poner en peligro su supervivencia, en el contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder, la exposición a la violencia de pareja también se incluye a veces entre las formas de maltrato infantil.
En los casos de las niñas, niños y adolescentes han dejado de contar con el espacio protector en que se convierte la escuela ya que es un factor de riesgo que no cuentan con un entorno que podría ser protector para detectar la violencia el poder acompañar en los procesos de denuncia y apoyo psicosocial, por lo cual hay más riesgo de que sufran diversos tipos de violencia sexual entre ellos: violación sexual; tocamiento indebido; entre otros que se producen diariamente en Guatemala. Es un delito tan grave, que causa daños irreparables hasta irreversibles (mentales y físicos), en la vida de un niño, niña o adolescente en tan temprana edad; en estos casos de violencia se ve un componente de género, las mayores víctima de violencia y más específica las violaciones sexuales son las niñas y adolescentes mujeres, Ana Luisa Rivas, represente en Guatemala de UNFPA – Fondo de Población de las Naciones Unidas, refiere que el 70 % de las violaciones son perpetuadas por familiares cercanos a las víctimas (padres, padrastros, hermanos, tíos, primos, vecinos entre otros) el resto podría ser un desconocido.
En este tiempo de cuarentena que estamos viviendo en el país, según datos del Ministerio Público, se registran entre 16 y 20 denuncias diarias de violaciones y debe tomarse en cuenta que es un número que no representa la totalidad ya que muchas se ocultan, considerando que existe un subregistro por la falta de denuncias que impide documentar todos los casos que se dan en Guatemala, a esto le podemos sumar el limitado acceso a servicios de atención a la violencia sexual por parte las niñas y adolescentes, pues muchas veces no tienen acceso a un teléfono con saldo o a un teléfono inteligente para denunciar desde su casa y en algunos otros cuando buscan acercarse no encuentran respuestas adecuadas.
Quedarse en casa para prevenir el COVID-19, con lleva riesgo para las niñas y adolescentes, como lo son la falta de accesos a servicios de SSR (servicio de salud sexual y reproductiva) y embarazos no deseados.
Hay cientos de niñas, niños y adolescente que están siendo víctimas de abusos sexuales durante la cuarentena, no lo permitas, no dejen a los niños solos, ¡Protégelos! Dejemos huellas de ternura, no de dolor.