Magda García von Hoegen
Instituto de Estudios Humanísticos

Veamos el otro lado de la moneda. Según la revista digital CNN Expansión, los defensores de esta ley aducen que en el 2010, la piratería ocasionó pérdidas que ascienden a los 135,000 millones de dólares, lo que a su juicio se traduce en pérdidas de empleo, exposición  a virus digitales cuando se accede a sitios dudosos;  incluso, problemas de salud cuando se compran productos que son “imitaciones fraudulentas” elaborados con materiales tóxicos, sin los estándares de calidad adecuados.

Según una carta enviada por organizaciones a favor de la ley al Congreso de Estados Unidos, el objetivo es parar las acciones de “aquellos que abusan del ecosistema en Internet y consiguen ganancias ilegítimas a través del robo de la propiedad intelectual” (Revista Digital “CNN Expansión”, publicada el 19 de enero de 2012.)

Como parte del  grupo defensor, se encuentran organizaciones privadas de distintos sectores, entre ellas, ABC, CBS, Creative America, EMI, ESPN y Pharma, que pertenece a la industria farmacéutica. Aseguran que existen numerosos sitios con contenido ilegal, que han llegado a 53,000 millones de visitas anuales.

Es importante reflexionar que existen empresas como SONY que no solamente se dedican a la industria de la música; son grandes corporaciones fabricantes de electrónicos, que idearon los aparatos capaces de copiar archivos digitales, es decir, crearon las condiciones para la existencia de la piratería. ¿Realmente están en contra de ella?

En contraparte, los gigantes de la Internet se levantaron en protesta. Sitios como WikipediaAmazonEbay, Aol, Google  y Facebook, amenazaron con bloquear el acceso el 23 de enero; informan a las y los usuarios sobre los peligros que deberán enfrentar si la famosa ley entra en vigencia, lanzan campañas para que votemos en contra de su aprobación.

¿Pero, estas empresas verdaderamente  están preocupadas por nosotros?

El segmento CST (Ciencia, Salud y Tecnología) de NTN 24, entrevistó a Amar Tur, editor asociado de un importante medio digital. El opina que el verdadero temor de estos grandes de Internet es que sus redes de negocio con empresas actualmente aliadas, quedarían destruidas por el inminente bloqueo de los sitios. No por ello, se ha de demeritar que somos testigos de un hecho sin precedentes: grandes rivales se unen para defender una causa que realmente llegaría a afectarnos.

 

¿Más allá del conflicto de intereses, cuáles son los riesgos que corremos?

En búsqueda de información fuera de las partes en conflicto, accedí a la entrevista realizada por el periodista Fernando Velásquez a Catitza Rodríguez, Directora Internacional de la Fundación Frontera Electrónica.

Rodríguez asegura que la ley SOPA no resolverá los problemas sobre el  derecho de autor, que son la causa de las demandas presentadas. Por el contrario, parece que están diseñadas presuponiendo  que las y los usuarios somos potenciales criminales.

Las consecuencias reales de la implementación de dicha ley, se traducirán en la quiebra de empresas medianas y pequeñas que no tienen capacidad para contratar personal dedicado a vigilar constantemente los movimientos de quienes acceden a la red. Esto será un golpe directo en la reducción de empleo.

La constante vigilancia, sería un freno importante para el ejercicio de la libertad de expresión. Asimismo, se atenta contra el derecho de privacidad de quienes acceden a la red. Según Rodríguez, “se retendrán datos de las y los ciudadanos sin restricciones”.

Actualmente, se debe justificar mediante una requisición legal el acceso a datos privados; con esta ley se tendría a la mano la información  con total arbitrariedad.

Yo me pregunto, si hoy, las compañías ya comercian con sus bases de datos para realizar campañas publicitarias, ¿qué pasaría ante esta situación? Seguramente usted ha recibido mensajes en el correo electrónico anunciando toda suerte de productos sin que lo haya autorizado; o peor aún, mensajes de texto o de voz en su teléfono móvil.

Otro riesgo es que las innovaciones implementadas por iniciativas como el “crowfounding”, cuya misión es recaudar fondos a través de la web para proyectos independientes, se verían fuertemente afectadas, puesto que las organizaciones donantes  suspenderían el apoyo ante el temor de ser bloqueadas. ¿El resultado? Las y los emprendedores tendrán menos recursos para implementar acciones que generalmente van en beneficio de colectivos sociales concretos.

Anonymus, advierte sobre los riesgos de forma casi cómica. Presenta el caso de un usuario que paga por un curso de cocina en un sitio web. Le gusta tanto la receta que la comparte con su esposa y la preparan en casa. Dado que ella no pagó por tal curso, bajo la perspectiva de leyes como la propuesta, se incurre en delito en contra del derecho de autor y ambos pueden ir a la cárcel.

¿De qué está hecha esta SOPA?

Yo diría, si mi olfato no falla, que de pulpo. Una vez más sus tentáculos quieren alcanzarnos y atentan contra la soberanía de nuestros países. Aunque la  Constitución de la República de Guatemala no incluya este tipo de restricciones, todos y todas usamos sitios web de origen estadounidense y por lo tanto, responden a sus leyes. Los viajes a través de sitios como Facebook, Twiter y Google estarán regidos por la nueva normativa, si llega a aprobarse.

Ojalá un día logremos inventar un sitio como N’oj.com que surja desde estas tierras y permita viajar libremente a través de un cíber espacio que cumpla con el verdadero propósito de la comunicación: el intercambio de ideas y sentimientos diversos.

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