Liza Noriega / Brújula/
Imaginemos la siguiente escena. El cielo está nublado, el invierno amenaza con cubrir de agua las calles y suelo de nuestro país. Entre las nubes grises, asoma un avión que poco a poco se desplaza queriendo descender; finalmente aterriza en la Fuerza Área Guatemalteca, zona 13 de la Ciudad de Guatemala. Del gigante aéreo descienden más de 90 personas, la mayoría de ellos hombres. Personas los acompañan y reciben dentro del lugar, pareciera que tuvieran un trato especial, al menos por hoy. Sin embargo, todos poseen algo en común: la incertidumbre de regresar a una tierra, que siendo de ellos, no se siente propia.
En 2013 la cantidad de migrantes deportados o retornados forzados en Guatemala superó los 50,000, de acuerdo a datos de la Consejo Nacional de Atención al Migrante de Guatemala –CONAMIGUA- (Guatemala, un país de retorno forzado) El migrante que regresa por vía área es aquel que fue interceptado en frontera o viviendo sin documentación en Estados Unidos. Los migrantes que son detenidos en México regresan por vía terrestre. Los retornados aéreos son recibidos en las instalaciones de la Fuerza Área Guatemalteca y a pesar que todos poseen claridad sobre los entes responsables de su recibimiento, nadie pareciera desear hacerse cargo de su reinserción laboral y psicosocial al país.
La bienvenida
Después de descender del avión, el guatemalteco retornado es recibido por un conjunto de instituciones con lo siguiente: una refacción que consiste en un pan con frijoles, una galleta, una fritura y una bebida néctar; una charla motivacional, una llamada telefónica local, acceso a sanitarios e instrucciones para la salida. Existen buses gratuitos para Huehuetenango (y los lugares que quedan en ruta) y para las terminales de buses de El Trébol y la Terminal. Otras instituciones y entidades acompañan el recibimiento, entre ellos, CONAMIGUA y la Asociación de Apoyo Integral al Migrante AIM, quienes ofrecen otro tipo de servicios. Sin embargo, de la puerta de la Fuerza Área para afuera, el guatemalteco deportado está a la deriva, deberá ingeniárselas en este país que le ofrece poco para iniciar de nuevo.
Para Ania Silva, de la Asociación de Apoyo Integral al Migrante, la desorientación es el mayor problema que tienen los deportados o retornados forzados. “Muchos necesitan más información de dónde tomar el bus, y hay que recordar que la mayoría viene sin dinero para su movilización”.
El recibimiento del migrante retornado pareciera no ser responsabilidad de CONAMIGUA. Algunas instituciones que conforman el consejo apoyan al recibimiento, pero esto no corresponde a ningún programa institucionalizado y coordinado por el Consejo Nacional de Atención al Migrante. La refacción, la llamada local, el acceso a baños y los buses son proporcionados por el Ministerio de Relaciones Exteriores; la charla motivacional está a cargo de la Dirección de Migración. Ellos únicamente se limitan a tener una persona encargada en el aeropuerto para ofrecer información sobre cursos de capacitación en INTECAP y otros servicios que prestan.
AIM y su programa Bienvenido a Casa también ofrecen servicios para el recibimiento del migrante retornado, aunque su visión es más de largo plazo en el tema de la reinserción social y laboral al país. Bienvenido a casa posee como objetivo brindar asistencia integral a guatemaltecos que retornan forzosamente desde Estados Unidos. El programa funciona dentro de las instalaciones de la Fuerza Aérea de Guatemala, y en esta, se ofrecen servicios para reintegrarse al país por medio de colocación de empleo y acciones de seguimiento y monitoreo. El grupo de trabajo se encuentra conformado por la Asociación de Apoyo Integral al Migrante –AIM-, Banco de Desarrollo Rural –BANRURAL-, Centro para la Responsabilidad Social y Empresarial –CENTRARSE-, Comisión del Migrante del Congreso de la República de Guatemala, Consejo Nacional de Atención al Migrante –CONAMIGUA-, Instituto Técnico de Capacitación y Productividad –INTECAP, y TRANSACTEL.
Al igual que las entidades gubernamentales, AIM también recibe y apoya a los migrantes con refacciones y llamadas, aunque ellos además de la llamada local, ofrecen al retornado la posibilidad una llama internacional. Esto se logra gracias al apoyo y donaciones que reciben de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales –FLACSO-.
CONAMIGUA, el responsable que no ejecuta
El Consejo Nacional de Atención al Migrante CONAMIGUA es el ente gubernamental responsable del migrante en y fuera de Guatemala. De acuerdo a ley que constituye al consejo, este es quien coordina, define, supervisa y fiscaliza las acciones y actividades de los órganos y entidades del Estado tendientes a proteger, atender y brindar asistencia y auxilio a los migrantes guatemaltecos y sus familias en Guatemala así como los migrantes que se encuentran en el territorio nacional. Al leer detenidamente de nuevo las funciones de CONAMIGUA – coordina, define, supervisa, fiscaliza-, existe un verbo importante que no aparece: ejecuta. Y he allí su gran debilidad.
CONAMIGUA se encuentra conformado por siete miembros de instituciones del Estado. El ministro de Relaciones Exteriores, quien lo preside, el viceministro de economía, viceministro de trabajo, un diputado delegado por el Congreso de la República, el gerente de Banco de Guatemala, el Secretario de planificación y un Secretario Ejecutivo electo por el Congreso de la República, quien es quien hace cumplir las decisiones del Consejo y lo que establece la ley. La secretaria ejecutiva actual del consejo es la licenciada Alejandra Gordillo.
CONAMIGUA posee diferentes alianzas y convenios con instituciones públicas y privadas para apoyar al migrante en su regreso y reinserción laboral, de acuerdo a su secretaria ejecutiva, Alejandra Gordillo. Poseen convenio con CONALFA, quien brinda talleres de alfabetización para certificar a los migrantes en sexto primaria. Poseen presupuesto para pagar cualquier capacitación en INTECAP. Entre los cursos que han brindado se encuentran panadería básica, porcelana fría y elaboración de piñatas. “Si un deportado me viene a pedir chef, se lo pago”, afirma Gordillo. Con RENAP también trabajan de la mano para solventar casos de emergencia de identificación. Recientemente lograron un convenio con el bufete popular de la Universidad de San Carlos, en donde brindan asistencia legal a mujeres que poseen pensiones alimenticias de sus esposos en Estados Unidos, y quienes se han olvidado de ellas.
Sin embargo, pocas personas reciben los cursos de capacitación que CONAMIGUA ofrece. “Yo tengo una persona exclusiva para ofrecer nuestros cursos de capacitación en INTECAP”, indica Alejandra Gordillo, secretaria ejecutiva de CONAMIGUA al referirse al recibimiento dentro de la Fuerza Aérea. “Nosotros damos la información allí, lo que pasa es que no se interesan. Es algo cultural, al guatemalteco como que no le gusta educarse.”, afirma Gordillo cuando refiere que únicamente 100 de los 50,000 deportados ingresan a sus programas de capacitación; es decir, menos del 0.2% de los retornados.
Para Úrsula Roldán, coordinadora del área de Migraciones de la Universidad Rafael Landívar, en Guatemala el migrante no es prioridad y CONAMIGUA, a pesar de ser el responsable del tema migratorio en el país, no ejerce el liderazgo necesario para ello. “CONAMIGUA tiene una secretaría ejecutiva y la secretaría es poco proactiva, no propone políticas, programas ni acciones que pueda hacer el gobierno, y el gobierno mismo no tiene un programa específico para migrantes como lo tienen otros países”, afirma Roldán.
A pesar de los programas específicos de capacitaciones, alfabetizaciones y asesoría legal, CONAMIGUA no posee un programa integral para el migrante, tanto fuera como dentro del país.
Guatemala no cuenta con una política para atención a migrantes, ni siquiera existe una base de datos del migrante retornado más allá de su paso por la Fuerza Área. ¿De qué áreas provienen, a qué territorios van, qué porcentaje intenta de nuevo el viaje hacia Estados Unidos, qué porcentaje logra reinsertarse adecuadamente a su comunidad? Estos son datos con los cuales no se cuentan. El gobierno tampoco posee programas de atención a las familias de migrantes guatemaltecos para el uso adecuado y óptimo de las remesas, por ejemplo. De acuerdo a Úrsula Roldán, CONAMIGUA debería ser el responsable de todos estos programas y el levantado de información, pero no lo hace. “El problema es falta de voluntad política, falta de visión de la secretaría ejecutiva y apoyo político real del gobierno.”
Sin embargo, de acuerdo a Alejandra Gordillo, en CONAMIGUA están realizando más acciones de las que deberían. “En teoría no deberíamos tener programas, nosotros los tenemos porque las tareas reales de un Consejo deben ser de coordinación con las instituciones de gobierno que tienen que ver con el tema. Por ejemplo, nosotros tenemos programas de educación, pero para nosotros estos son planes pilotos, porque eso debería tenerlo a su cargo el MINEDUC o INTECAP”, sostiene. “El Consejo no está concebido para ser ejecutor sino para ser coordinador. Sí es una institución pero con funciones de coordinación y fiscalización. Sin embargo, como hay carencia de programas nosotros hemos establecido ciertos programas”, afirma Gordillo. Para CONAMIGUA, todas las instituciones de gobierno deberían contar con programas y unidades específicas para la atención a migrantes, y ellos únicamente tendrían a su cargo la coordinación dichos programas. Sin embargo, ¿cómo lograrían coordinar esto si ni siquiera existe una política de atención al migrante?
Para Úrsula Roldán, la idea de que cada institución cuente con un programa para migrantes no es viable, ya que de ser así, en el país se deberían contar con programas para todos los grupos vulnerables: mujeres, campesinos, indígenas, migrantes. Para ello, el Estado debería declarar al migrante como su prioridad. Roldán reconoce que el tema de la ejecución es un problema de la ley de CONAMIGUA, y varios grupos de la sociedad civil han solicitado el cambio en dicha legislación. Sin embargo, a pesar que la ley de CONAMIGUA es débil y es necesario un replanteamiento de la misma, con lo que existe, se podría hacer mucho más. Los programas aislados no tendrán ningún impacto sin un liderazgo efectivo.
Programas de capacitación
Si uno de los programas más fuertes de CONAMIGUA son los programas de capacitación con INTECAP como un programa para la reinserción laboral, ¿cómo es posible que menos del 0.2% de retornados se incorpore a ellos? Al consultarle sobre las diferentes formas en que se divulgan los cursos, Alejandra Gordillo sostiene que estos se difunden con anuncios en los periódicos. “La gente porque no se entera, porque cualquiera que hace su solicitud y la justifica se lo damos,” afirma.
Sin embargo, es notable que los anuncios en la prensa y la persona en la fuerza aérea brindando información no están surtiendo el efecto esperado. “¿Cómo le van a interesar los cursos en el aeropuerto al migrante, cuando este está pensando en cómo regresar y en cómo está regresando a su comunidad?”, sostiene Úrsula Roldán. Dar a conocer los cursos de INTECAP en las comunidades, por medio de las municipalidades, podría ser una opción más efectiva que los anuncios en los medios de comunicación.
De acuerdo al área de migraciones de la Universidad Rafael Landívar, CONAMIGUA podría situarse en los municipios y departamentos de mayor migración para brindar información a los migrantes deportados, y eso no lo están haciendo. Se debería mejorar el trabajo en conjunto con las municipalidades. “La gente no va a poder viajar para asistir a los cursos, necesita dinero para ir, entonces tiene que ser en los municipios de mayor migración, o al menos en las zonas de mayor migración, donde se enfoquen sus programas”, sostiene Roldán. A pesar que INTECAP posee sedes en todas las cabeceras departamentales, un programa focalizado en las comunidades con más expulsión y deportación de migrantes, brindaría mayores y mejores resultados al programa gubernamental.
¿Y la sociedad civil?
El gobierno de Guatemala no posee políticas ni programas que se enfoquen en la atención al migrante fuera y dentro del país, y los programas que existen, parecieran ser esfuerzos aislados sin ninguna estructura integral que lo sostenga. La Asociación de Apoyo Integral al Migrante –AIM-, quienes desde finales del 2013 llevan a cabo el programa “Bienvenido a Casa”, es una asociación sin fines lucrativos que busca apoyar las acciones en beneficio del migrante retornado.
De acuerdo a Ania Silva, profesional que labora ad honorem, al igual que el resto de personal en AIM, la idea surge después de que la Organización Internacional para las Migraciones OIM cerrara sus oficinas en Guatemala en 2013, y con ello algunos de sus programas como el de Repatriados Guatemaltecos que financiaba USAID. Después del cierre, algunos trabajadores se organizan y crean la asociación, que actualmente está conformada por cinco personas, dos de ellos psicólogos, quienes atienden al migrante retornado a su regreso a Guatemala.
El programa Bienvenido a casa que ellos lideran posee una visión integral y busca ofrecer posibilidades reales de empleo y reinserción de los migrantes retornados a sus comunidades. Para ello, al llegar a la Fuerza Área, el personal de AIM además de brindarles refacción y llamadas locales e internacionales, registra a las personas, los entrevista, les provee de asistencia psicosocial y logra con ello contar con un perfil para poder tener una base de datos con la cual posteriormente lograr ofrecerles empleos.
Actualmente, el programa Bienvenido a Casa en cinco meses que lleva ejecutándose, ha logrado brindar asistencia a 450 retornados forzados y tomar 271 perfiles para su reinserción laboral en algunas de las empresas aliadas. Un dato que por sí mismo dice más que las cien personas incorporadas a los cursos de capacitación de CONAMIGUA.
Ania Silva reconoce que entre las debilidades que poseen para apoyar al migrante retornado a encontrar trabajo, es la rápida emisión del DPI y la obtención de antecedentes penales, así como la centralización de los trabajos que ofrecen. Están conscientes que deben ampliar las oportunidades de empleo a las comunidades de los retornados, más allá de la ciudad capital. De acuerdo a Úrsula Roldán, CONAMIGUA podría apoyar en el tema de los antecedentes penales, ya que muchos regresan con antecedentes por el hecho de haber estado sin documentación en otro país. “Ellos no fueron delincuentes, fueron migrantes. Con todos los convenios internacionales que existen, bien podrían limpiarles los antecedentes penales”, sostiene.
Algunas de las empresas que han estado apoyando al programa Bienvenido a Casa son las empresas TRANSACTEL y algunas de las empresas afiliadas a CENTRARSE. “Hemos logrado trabajos para los retornados en empresas como la Ferretería La Sirena y en la Empresa Eléctrica”, comenta Silva. En cuanto al programa de recepción de migrantes, la visión del programa es lograr apoyar más en el tema de la movilización del retornado hacia sus comunidades, ya que reconocen que este es el mayor problema con el que se enfrentan los deportados.
Otros esfuerzos que existen desde sociedad civil como la Mesa Nacional para las Migraciones en Guatemala MENAMIG y el Grupo Articulador de Sociedad Civil en Materia Migratoria, han estado más compenetrados por realizar cambios en la legislación, y no tanto en los programas de atención a los migrantes retornados, de acuerdo a Úrsula Roldán. Estos conglomerados trabajan bastante intentando apoyar al migrante fuera de las fronteras.
Desde la academia, el área de migraciones de la Universidad Rafael Landívar, se enfoca en las investigaciones territoriales. Actualmente están centrados en Huehuetenango, Quetzaltenango e Ixcán. “Esperamos desde esos territorios hacer acompañamiento organizativo y formativo con los sujetos migrantes y ojalá empezar a exigir institucionalidad desde acciones concretas allí en los territorios,” comenta Úrsula Roldán. El área de investigaciones en migración se encuentra en proceso de conformación y actualmente se encuentra integrado únicamente por una persona. La Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales FLACSO, también realiza trabajos de investigación a través del área de pobreza y migración.
Regresemos a la escena inicial. El cielo se encuentra nublado y cientos de guatemaltecos regresan diariamente a su país, retornados desde Estados Unidos. La falta de liderazgo gubernamental en el tema de la atención al migrante es evidente, y desde la investigación y la sociedad civil, se buscan esfuerzos para apoyar, complementar y/o disentir en estas acciones. Mientras tanto, hoy muchos guatemaltecos se pararán frente a la salida de la Fuerza Aérea Guatemalteca, inciertos del futuro. El acompañamiento al migrante retornado es necesario y prioritario.