venezuela

Magda García von Hoegen/ Instituto de Estudios Humanísticos/

 “cuando se cae en un hoyo, lo primero que se tiene que hacer para intentar salir, es dejar de cavar. (…)Que no les obliguen a escoger entre alternativas como el cáncer o el ataque al corazón. (…)Díganles cuál es el país que quieren, y aclaren que no aceptarán como únicas alternativas, las propuestas por los dos bandos en disputa.”[1]

Este es un extracto de las palabras que Rubén Blades, músico y político panameño dirigió el 18 de febrero a las y los jóvenes venezolanos, en el marco de la crisis que vive Venezuela.

Hay situaciones que en Latinoamérica se estimaban superadas y de pronto emergen casos como el del citado país, donde es evidente una profunda polarización y fisuras sociales que afectan a la población a nivel económico y social;  vedan los derechos de expresión, acceso a seguridad.  Se enfrentan sectores de una misma población que desde su postura desean que el país salga de ese “hoyo” en el que se encuentra.

Guatemala no está ajena al riesgo de repetir rupturas sociales similares. Tenemos un país polarizado, con corrientes ideológicas encontradas que ante una crisis pudieran estallar. Una sociedad con grandes brechas marcadas por múltiples pobrezas que aún no se superan. Ante ello, me interesó  entrevistar a Andrés Moncada, joven músico venezolano, fundador y cantante del grupo “Zoom Soonbao”. Él se ha dedicado a viajar hacia la gente con su música y no esperar que el público llegue a conciertos formales. Tuvo la idea de llevar su arte a la calle, a las estaciones de metro, con el fin de que las personas sin recursos económicos, pueda acceder al arte.

Andrés se apropió del lema del metro “dejar salir es entrar más rápido” con el fin de promover solidaridad y apertura a formas de pensar diversas y dar con su música un mensaje de facilitar la convivencia. Hoy, en Venezuela el sueño está en riesgo.

En este artículo presento de primera mano su vivencia y opinión sobre los acontecimientos actuales en su país, con el fin de que tomemos la experiencia venezolana y veamos qué papel puede asumir la juventud guatemalteca en el trabajo por la reconciliación de nuestro país y el compromiso por superar nuestras problemáticas.

En conversación electrónica, Andrés me contó que en una parte de la región, frontera con Colombia, la crisis se ha agudizado y grupos del ejército y oposición han llegado al punto de atentar contra la vida de ciudadanos y ciudadanas. A través de redes sociales digitales (porque los medios de comunicación están censurados), se ha enterado que ayer, 19 de febrero, ya se registraban 3 o 4 personas asesinadas. Twitter y Facebook son los medios disponibles para enterarse de lo que sucede.

Andrés lamenta que pocos países se hayan pronunciado en relación a la crisis venezolana y han sido los artistas quienes han mostrado mayor solidaridad.

Como joven y artista comprometido, responde a mis preguntas.

MG. ¿Qué es ser joven hoy en Venezuela?

A.M. Esa es una respuesta amplia si no se quiere caer en clichés, trataré de exponer algunas realidades que conozco  para tratar de graficar qué es ser joven acá.

Por un lado ser joven de clase media es aquel que vive con sus papás porque rentar es imposible, por la poca oferta y porque el salario no rinde. Este grupo aprovecha lo que pueda hacer para ganar dinero y enfrenta la delincuencia.

Están por una parte los jóvenes profesionales o en vías de serlo, que vienen de familias que alguna vez tuvieron un poder adquisitivo mayor y hoy en día resuelven en la medida de sus posibilidades; jóvenes que pueden acceder a una educación privada y que pueden ser oposición al gobierno, dado que a sus familias les consterna mucho algunas medidas actuales del gobierno, como no conseguir ciertos productos básicos, que el dinero no alcance, que sus expectativas profesionales no se satisfagan.

Por las expectativas familiares, no se han incorporado a ninguna de las dinámicas que propone el gobierno, sino tienen expectativas de formas profesionales más tradicionales. En muchos casos, salen a vivir a otros países buscando mejoras.

Este grupo suele atribuir  las dificultades cotidianas a la gestión del gobierno actual.

Están también jóvenes que vienen de familias en ascenso social de origen popular, que tienen una afinidad o un complemento ideológico con el desaparecido Hugo Chávez o la izquierda, y por ende con el gobierno. Muchos de ellos se han acoplado a ser empleados públicos, ser parte de los nuevos formatos de cooperativas de todo tipo, colectivos sociales y culturales o trabajan en los medios de comunicación públicos.

Considero que como todos, sufren de los problemas cotidianos como  la escasez;  pero bajo sus ideales, este grupo admite que pueden haber errores y políticos corruptos pero que el problema es el sistema: planes de otros países como Estados Unidos, los empresarios clase media, etcétera.

Les he escuchado decir que  por estos intereses, se mantienen varios métodos para someterlos, como guerra económica y guerra mediática.

Existe un grupo de jóvenes que tratan de no intervenir o interesarse por la política, que no quieren entrar en pugnas que rechazan el sistema. Muchos se han constituido en grupos que apuestan por anarquía como movimiento, o la vida en comunidades cerradas. Nuevas formas de vida como la permacultura; quizás son grupos reducidos pero los hay.

Tienes jóvenes que viven en los sectores populares de las ciudades que aquí llamamos barrios, que muchas veces no son personas de clase baja, a veces clase media. De todas formas el vivir en un sector popular es una realidad compleja porque los servicios a veces no llegan bien.  Existe el problema de la delincuencia de bandas internas; sin embargo suelen vivir en casas juntas o bloques, callejones donde aun se juega en la calle desde niños y eso te da una cosmovisión distinta de la vida. Muchos se han beneficiado de la inversión pública en estos barrios y tienes otros que comprenden que a veces las medidas populares no son suficientes para sacar adelante a un país.

Por otro lado está la juventud de clase baja, sector que es grande, y tanto no conozco pero puedo darte como un punto de vista de lo que he visto, lo que sé y la percepción que tengo de lo que significa ser jóvenes en esta Venezuela para ellos.

Están los  jóvenes de clase popular de barrios, muchos hijos de emigrantes de Colombia, Ecuador, Haití,  Dominicana o del interior de Venezuela. Muchos de ellos viven con una mamá solera. Viven todos juntos, en núcleos familiares que comparten cuartos. Trabajan de domésticos o albañiles a veces.

En mi experiencia con los que he conocido de este grupo, tienen una opinión política, ya sea a favor del gobierno o no;  pero en su vida esto no tiene una importancia tan profunda como en los otros grupos.

Yo siento que no está esa lucha fanática, si creen en el gobierno es porque sienten que los representa y ven  en su  mensaje una forma de sobrevivencia. Si no creen es que están cansados de ser robados, de las colas y otras cosas.

Para ellos las balaceras, muerte y violencia son algo cotidiano, no es un grupo intelectualmente enfrentado en la dicotomía política, ellos van con su mente de subsistencia y progresar en la medida de lo posible, muchos son padres adolescentes.

En este mismo grupo tienes aquellos que crecen con papás casi ausentes que trabajan fuera casi todo el día, son criados por un hermano apenas un poco mayor o ellos encargados de los hermanos pequeños. A veces tienen padres con problemas de alcohol, abusivos, etcétera. Este grupo es numeroso y son captados por los traficantes de droga; en el barrio siempre hay quienes les van inculcando los valores del dinero fácil y al no tener guía, caen en actos delictivos por el deseo de consumir celulares y otras cosas. La mayoría de los crímenes actuales son cometidos por jóvenes que no llegan a los 20.

Hay  muchos jóvenes viviendo en la calle, pienso que la causa es el consumo de drogas y la ausencia de familia. No todos proceden de los sectores más pobres, muchos eran clase media o alta incluso.

En  las poblaciones rurales, tienes a los jóvenes indígenas muy lejos de las ciudades, algunos con una vida precaria otros mejor y más organizados. Los grupos indígenas aquí  no son muy numerosos.  También  están  las comunidades afro venezolanas,  algunas sanas y cohesionadas o también las tienes con problemas de delincuencia.  De los jóvenes de la clase alta sé poco, la mayoría viven y estudian fuera, pero imagino hay muchos  otros trabajando acá.

M.G.Cuéntanos tu opinión sobre la conflictividad actual que se vive en tu país.

A.M. Yo consideraba en un principio y he venido trabajando a través de mi música en ello, que la solución a este cisma social y sistema político, era buscar entendernos entre los distintos sectores de la sociedad, sobre todo la clase media y los sectores populares. Tener una visión de país y una propuesta que nos incluyera a todos, porque que esto socavaría la base argumental del gobierno actual, que permite utilizar todo el aparato económico y político del país, acudiendo siempre a las falencias y conflictos producto de las distancias y el desconocimiento entre la población,  lo cual desune como movimiento a las personas ante el poder.

Lamentable que mi idea, compartida por algunas personas, es difícil de ser considerada a estas alturas, donde el extremismo de las partes involucradas está tan presente, que una posición como la que propongo es mal recibida.

Comprendiendo esto y luego de sufrir como todos desde hace tiempo las consecuencias de la mala administración, ya sea el no contar con productos básicos, las colas para todo, la delincuencia;  el tener que  vivir el simbolismo mesiánico de Chávez y su movimiento, en la calle, la tv, la radio etcétera,  sumado a la actual respuesta de la guardia nacional y la policía, dejo de lado por el momento mi tesis y pienso que este movimiento debe ponerle un freno a esta situación que acá se siente como una anarquía y no hablo solo en este momento sino años atrás.

Más aun y quizás lo que veo más grave  es el conflicto  entre las personas comunes, que siendo partidarios del gobierno u opositores,  pasan todos los días agrediéndose, interiorizando una lucha política y aplicándola entre amigos, familia, vecinos, lo cual destruye la posibilidad de entenderse como sociedad y de construir.

M.G. ¿Cómo ha reaccionado la población y especialmente la juventud?

A.M. Es curioso, pero los más reaccionarios han sido jóvenes que han nacido o han vivido prácticamente toda su vida dentro de este proceso político. Las personas adultas que han vivido más procesos políticos del país siempre reaccionaron a favor o en contra de este proceso político, pero no con la contundencia y constancia de los jóvenes.

Los jóvenes aún tenemos mucho que vivir y no pensamos tanto en qué pasó hace 20 años o más, sino hacia dónde vamos y qué vamos a hacer.

M.G.-Cuéntanos sobre la participación de las y los estudiantes en las protestas y la respuesta del gobierno ante ello.

El gobierno y sus partidarios comenzaron descalificando la protesta argumentando que estaba organizada por jóvenes de clase media, a quienes ellos denominan burgueses, subestimando realmente el impacto que tienen.

Si bien puede ser cierto que la mayoría de los universitarios son clase media,  es porque son ellos quienes tienen acceso  a la educación universitaria. Es cierto que el gobierno amplió la oferta universitaria e incorporó a más gente de los sectores populares, pero la clase media es la que sigue teniendo mayor acceso a este nivel de educación.

Los estudiantes han demostrado que dejando sus comodidades, han enfrentado a las fuerzas de orden público en su protesta día y noche sin retroceder, entusiasmando a gran parte de la población.

Aún cuando el gobierno ha salido con todo su arsenal antimotines y arremeter con una violencia que a veces impresiona, los jóvenes no se han detenido. Por suerte en esta época de la comunicación, redes digitales e imágenes, creo que de alguna forma se puede controlar al Estado. Pienso que si no existieran estas herramientas, el Estado no temiera al ojo del mundo y reprimiría con total fuerza como se hizo aquí y en muchos países en otras épocas.

M.G.- ¿Se ha unido la población de alguna manera para hacer frente a la crisis?

A.M. No yo creo que no, y esta es la razón de la crisis. Lamentablemente en Venezuela como debe pasar en muchas partes de América Latina,  aunque una población comparta un mismo espacio físico,  sus realidades son distintas y algunos valores también. Esto desencadena visiones de país distantes, que fracturan el país.

Al comienzo de esta protesta, el conflicto se sentía en sectores de las ciudades, sobre todo en Caracas; tenías partes en conflictos serios y otras que estaban como si nada pasara. Un sector de la sociedad  que no sentía compromiso alguno con esta situación, aunque con el paso de los días les ha calado; pero no creo que sea porque incorporan  a nuevos sectores sociales,  sino que siempre hay agentes críticos que se han unido. Hay una gran parte del país que sigue sin identificarse con el problema.

Todo esto es razonable, muchas personas del movimiento opositor considera que los sectores populares carecen de racionalidad y solo esperan ser mantenidos por el Estado, que simplemente están resentidos con clases más pudientes. Como movimiento político,  la oposición no participa ni genera propuesta para el sector popular que es el mayoritario en Venezuela.

No hay que desconocer que los sectores populares tienen muchas de las falencias por las que se los critica; sin embargo ha sido un acto de ignorancia encasillarlos en esa simpleza, ya que ahí hay otros valores y motores culturales que el gobierno ha sabido captar y mover.

No es una simple manipulación, es que realmente para ellos Hugo Chávez representaba un reconocimiento político, una reivindicación como personas, una cantidad de ayudas sociales que en su día a día y en su lucha por sobrevivir es significativo, además de las herramientas formales como colectivos y cooperativas que en muchos casos les dan sustento.

La gente promedio de los sectores populares no es tonta; saben y reconocen que no es perfecto el gobierno; sin embargo es difícil que se incorporen  una oposición que no les propone, que no hace vida ahí con ellos,  que lamentablemente  los discrimina.  Muchos de ellos piensan que si se va el gobierno,  pierden los logros que han obtenido en estos años, no tanto materiales, sino morales;  que quizás si lo vemos desde un punto de vista de clase media nos parezca una miseria, pero en la clases populares, valen oro.

Por último hay que sumar a la clase media partidaria del gobierno, gente que es la que más duramente enfrenta a la oposición. Como estos se fanatizan en atacar al gobierno, ellos también se fanatizan en defenderlo y atacar  la oposición. Gran parte de estas personas ocupan cargos en el Estado, muchos incluso trabajan en los canales de tv, radio, prensa escrita los cuales son los medios que reproducen el aparato ideológico del gobierno.

Yo pienso que los sectores populares a base de trabajo no electorero sino sincero y constante,  si son incorporados realmente al juego de la clase media, se unirían; pero el sector chavista ideológico es firme y más agresivo que los sectores populares. Ellos no  se plegarían a todo esto,  de hecho lo combaten en las redes sociales y medios de comunicación, para constatarlo solo habría que encender un rato el canal del Estado.

 (Continúa en el siguiente enlace)

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